Perro Shirai Ryu // Scorpzero

Perro Shirai Ryu

El puro intento más literal de la conocida frase "Perro Shirai Ryu" hecho one shot.
Hay tan poco contenido de ellos en wattpad que me vi en la necesidad de escribir algo y aportar mi granito de arena al fandom. Disfruten o(*￣▽￣*)ブ

[...]

Kuai Liang no le daba crédito a sus ojos. Por primera vez en muchos años, algo lo había tomado lo suficientemente desprevenido como para sorprenderlo. Sorprenderlo de verdad.

Fueron tan solo dos días los que Hanzo Hasashi estuvo fuera de los Jardines de Fuego. Dos días desaparecido en una misión. Hanzo había prometido volver, como siempre, pues la misión no significaba ningún peligro real. Kuai había comprendido la urgencia de Scorpion por asegurarse de que el infierno estuviera bien —o, dentro de todo, en un estado de equilibrio—; que Quan Chi no regresara o su maquiavélico hermano no estuviera cometiendo alguna locura luego de su período de desaparición repentina —la paliza que recibió en la antigua fábrica de los cyber Lin Kuei, y más adelante en la isla de Shang Tsung, seguro le dejó el orgullo destrozado—. De hecho, la expedición ni siquiera debería de haberle tomado más que un par de horas, pero tampoco decidió poner en duda la palabra del Gran Maestro, pues confiaba plenamente en él.

Pero llegar y presenciar esto era... inusual. Más de lo que estaba acostumbrado usualmente.

Sub-Zero miró con preocupación hacia abajo.

—Hanzo es un...

—¿Perro? —convino Smoke —. Sí, lo es.

Ambos lo observaron detenidamente. Se trataba de un perro robusto; pelaje corto, brillante y liso de un castaño oscuro, exactamente igual al de Hasashi, y ojos redondos y expresivos. Tenía el cuerpo bien proporcionado de un tamaño mediano, destacando su pecho amplio y fuerte. El hocico era cuadrado y bien definido, con mandíbulas fuertes y orejas caídas. Era sorprendente pensar que aquel animal podría ser Hanzo, incluso Kuai llegó a plantearse la duda, pero cuando el perro lo miró directamente a los ojos supo de inmediato —y con resignación— que era él en verdad.

—Siempre creí que su animal espiritual sería un escorpión —mencionó Smoke, apoyando una rodilla en el suelo para estirar la mano hacia Hanzo y acariciarle la cabeza. El perro no sacó los dientes, pero tampoco se dejó tocar. Smoke retiró la mano tras el rechazo y volvió a ponerse de pie.

—¿Cómo fue que...

—¿Que acabó así? —completó el ninja de humo, mirando hacia su amigo —. Nadie lo sabe con exactitud, solo Hasashi pero... —hizo una pausa y señaló al animal con la cabeza. «Hanzo es un perro ahora» —. ¿Qué piensas hacer?

Paseó la vista para contemplar los Jardines de Fuego a su alrededor. Hasta ahora nadie estaba enterado del incidente exceptuando a ellos dos, y Sub-Zero prefería mantenerlo de esa forma. No podía abandonar el recinto tampoco, y Hanzo apreciaría que cuidara de sus discípulos mientras estuviera indispuesto, algo en lo que depositó su confianza antes de irse.

Kuai negó a los lados como si su mente todavía sufriera por la conmoción y la duda ―lo que, en realidad, todavía no se despegaba de su cabeza― y contempló al animal otro largo segundo. Avanzó un paso y luego se hincó sobre su rodilla, estirando el brazo derecho para tocar a Hanzo. El perro no dudó, incluso si actuó con incomodidad, en acercarse a su mano y permitir que dejara algunas caricias en el suave pelaje de su cabeza. Era cálido, tal y como siempre lo fue el tacto de Scorpion, y tomó su decisión.

Sub-Zero se giró hacia su amigo una vez enderezó la espalda.

―Smoke, necesito que vuelvas con los Lin Kuei y te hagas cargo mientras no esté, te encargo esta responsabilidad ―ordenó de manera solemne, bajando la mirada hacia Hanzo antes de continuar: ―. Yo me quedaré en los Jardines y cuidaré de los Shirai Ryu mientras busco la forma de restaurar a Hanzo.