Querida ansiedad:
Eres el monstruo que altera mis días
encerrándome en una jaula sin salida
intento irme y continuar sin ti día tras día
pero estás tan adentro de mi
que me es imposible escaparme de ti
me dejas sin respiración impidiéndome continuar mi camino.
Miedo, miedo es lo que siento cuando empiezo a sentir esa presión en el pecho
tengo miedo a que me invadas otra vez
tengo miedo a que me hagas daño y esta vez no pueda continuar.
Lágrimas saliendo de mi, cayendo por mis mejillas,
cuando mi pulso tiembla y la voz de mi cabeza dice que no puedo hacerlo.
Cuando el tiempo juega en tu contra, y la ansiedad aparece
intento escapar pero todos mis movimientos son en vano.
Y aunque parezca que todo va bien, cuando algo me sale mal,
en vez de decirme "no pasa nada, todo está bien" apareces tú dejándome en pedazos,
y junto a ti, esa voz de mi cabeza dejándome por los suelos sin fuerzas para poder continuar.
Esa voz que te insulta y dice que no vas a llegar a nada; junto contigo, sois imparables,
haciéndome querer desaparecer por completo,
haciendo que me desvanezca poco a poco, robando mi identidad,
siendo unos ladrones silenciosos de mi felicidad.