Magnus
Elizabeth dice eso, y yo sonrio, siempre he sido un chico que no demuestra lo que siente, pero con Elizabeth eso cambia, logra hacer que me sonroje, que me ponga nervioso y que sonría, lo cual es raro porque casi nunca se ven emociones en mi.
- ¿así? - digo bromeando.
- Sí, Pecas - Ella ve mis labios y lame los suyos, sé que quiere besarme al verla hacer esa acción.
- ¿Quieres besarme? - Digo sin rodeos y ella se sonroja haciéndola ver más tierna de lo que es.
- Si te soy sincera, sí, quiero besarte - Dice sin más.
- ¿Y porqué no lo haces? - Digo y ella mira hacia otro lado - Mirame - Ella lo hace y yo le robo un beso, el cual ella sigue.
Nos separamos por falta de aire, y yo la miro con deseo; sus mejillas sonrojadas, sus labios rosas, y sus ojitos brillantes. Sin duda una imagen que me encantaria ver toda mi maldita vida.
- Ya debo entrar a casa, pecas - Dice mirando con ternura.
- Ok, está bien, aunque me gustaría seguir con esto.
- Bueno, adios.
Estoy tan excitado que siento que voy a tener un orgasmo ahora mismo. Solo fue un puto beso, estoy tan jodido por ella.
Veo como entra en su casa, y arranco el auto para ir a la mia, al llegar, subo a mi habitación inmediatamente, entro al baño y para quitarme la excitación empiezo a masturbarme como si no hubiera un mañana, pienso en ella, con mi mano desocupada agarro mi teléfono, entro a la galería y busco una foto de Elizabeth y sigo masturbandome hasta que exploto y derramo toda la eyaculación. después de hacerlo una vez más, me limpio y me acuesto.
Al dia siguiente al levantarme, hago mi aseo, me visto y luego voy a buscar a Elizabeth.
Esa chica me tiene jodido.
- ¿Porqué no dejo de pensarla? Maldita sea - Hablo conmigo mismo.
Al llegar a su casa, bajo del auto y ella ya me está esperando, luce tan jodidamente sexy con esa falda negra que deja ver sus piernas, maldición, estoy a nada de tener un orgasmo de solo verla así.
Miro hacia bajo y veo que ya tengo una erección, trato de esconderla, pero escucho que ella suelta una risita.
- Joder, nena, no te rias, tengo una puta erección y tu lo que haces es burlarte de mi.
- Tranquilo, eso se puede solucionar, mira - Veo que se acerca peligrosamente, veo como toma mi miembro y comienza a acariciarlo sobre mi pantalón.
- Maldita sea, princesa - Digo con la excitación a mil.
- ¿Qué, no te gusta? - Dice haciendo un puchero.
- Joder, claro que me gusta, es más, me encanta, quisieramos que fueramos adentro del auto.
Veo como se pone roja, y suelta mi miembro, entonces noto el error que acabo de cometer.
- Princesa, perdón, me deje llevar, joder perdo... - no me deja terminar, y me besa, no es un beso suave, sino un beso lujurioso, lleno de deseo desenfrenado.
- No importa, solo vamonos de aquí, estamos literalmente frente a mi casa - Dice un poco sonrojada.
la tomo de la mano, le abro la puerta del auto y le digo que entre, manejo sin rumbo hasta llegar a un bosque, todo el camino mantuve su mano agarrada.
- Ya llegamos - Digo, ella no me dice nada, se me queda mirando fijamente, con un deseo indescriptible en sus ojos
NARRA ELIZABETH
me le quedo mirando fijamente, me levanto y me siento en sus piernas, empiezo a besarlo y a frotarme contra su miembro, el cierra los ojos, disfrutando lo que estoy haciendo.
Empiezo a desnudarme, cuando ya estoy completamente desnuda, empiezo a desnudarlo a el.
Hay prendas por todos lados, veo que su miembro ya está descubierto, lo tomo y empiezo a masturbarlo, el juega con mis pechos, los chupa, los muerde y los acaricia, mientras yo lo sigo masturbando
- Joder, nena - Dice jadeando.
Me toma de las caderas y me acuesta en el asiento trasero, luego se monta sobre mi, y me besa el cuello.
- ¿Eres virgen? - Pregunta y yo niego con la cabeza.
Abre mis piernas y me penetra de repente. Al principio duele un poco pero rapidamente el dolor se vuelve placer. Sentia que Magnus me parteria en dos, mis ojos llenos de lagrimas por el placer, las cuales corrieron por mis mejillas. Grito de placer, cuando llegamos al climax. Sale de mi, pone su cabeza a la altura de mis muslos y empieza a lamer mi entrepierna, luego con sus dedos empieza a acariciar mi clitoris, después me penetra con sus dedos hasta que me derramo completamente.
Saca sus dedos de mi y se los mete a la boca.
- Princesa, eres deliciosa.
- Ahora me toca complacerte - Digo.