─Monkey D Luffy siempre ha sido alguien particular, así que, no es una gran sorpresa que el reencarne en un espíritu, ¿es eso tan siquiera posible?
Bueno, el nuevo rey siempre encuentra un modo para sorprender a quienes le rodean, ¡acompáñalo en est...
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—Incomplete melody.
Bajos rezos son dados, las manos morenas permanecen unidas delante de un rostro ajeno, grisáceo y zafiro le miran con incredulidad ante su actuar. Delante el jefe del establecimiento conversa amenamente con la joven que ha decidido apuntarse al curso de defensa femenino, la muchacha encargada Koala, responde a cada una de sus dudas con una dulce sonrisa en el rostro.
Y disfrutando de la convivencia que se lleva a cabo, el fantasma abraza por los hombros a su timonel.
—¿Volverán a casa o estarán paseando por aquí? —cuestiona el muchacho mayor, bajando las escaleras junto a los estudiantes menores.
—Aún tenemos varias cosas que planear —responde la de ojos chocolate. Su rostro apegándose al gorro afelpado del joven peli verde, tras abandonar el local el cambio de clima le ha pegado con fuerza.
—Ya veo, en ese caso anden con cuidado.
Una suave sonrisa es dada por parte de la muchacha mayor, quien se despide y retira junto al muchacho rubio, dejando solos a los jóvenes.
—¿A dónde vamos? —Los cuatro comparten una mirada.
No tienen planes para este día siendo honestos, lo dicho antes fue una ligera mentira; puesto que cualquier cosa pueden discutirla por mensaje, pero, no desean separarse aún.
El moreno está por proponer un almuerzo juntos, sin embargo un tarareo bien conocido llama la atención de los cuatro jóvenes. Saliendo por uno de los pasillos de la gran plaza, un hombre alto y de traje bien planchado se hace ver, llevando consigo un estuche de violín y un ramo.
—Señor Brook.
—Yohoho, buenas tardes jóvenes —saluda el mayor, dando una elegante reverencia. Tras los anteojos da una mirada a los menores, notando sus rostros agotados—, parece que han tenido un día divertido.
Fue todo menos divertido, suspira por lo bajo Usopp.
—¿Va a algún lado? —cuestiona con curiosidad la de cabellos anaranjados, sus ojos posados fijamente en aquel ramo de crisantemo blanco*.
Las manos son guardadas en los bolsillos del pantalón corto, el capitán ladea suavemente su rostro mientras que analiza a su músico. Hay algo que no le gusta en la pequeña sonrisa que el mayor dedica.
—Voy a visitar a un viejo amigo.
—Ya veo... —Asiente levemente el oji gris, se hace una idea de qué clase de visita se trata.
—Saludelo de nuestra parte —El moreno otorga una sonrisa y la de cabellos anaranjados le imita.
Una tenue risa escapa de los labios agrietados de Brook, no lo comprende del todo pero esos jóvenes le agradan.
