10 (este capitulo es +18)

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Maylea
Observo por la ventana de mi oficina como llueve sin parar parece que está lluvia ni se detendrá en un par de días me encanta este tipo de climas, pero en estos momentos no lo puedo disfrutar como es debido, demasiada información tengo en mi cabeza y también el hecho de que tengo a Ryan a algunos cuantos metros.

—Creo que debería renunciar...

—No debería hacerlo señorita.

Levanto la vista para ver al mismo hombre que me sostuvo cuando me desmayé, él me sonríe y se acerca a mi dejando un vaso de café frente a mí.

—Le traje este café porque está haciendo un poco de frío, en unos momentos encenderán la calefacción.

Le agradezco y tomo el café para empezar a beberlo lo invito a que tome asiento frente a mí, ambos estamos en silencio yo estoy concentrada en mis pensamientos.

—¿Usted sabía lo que pasó con el señor Cárter?

Levanta la mirada hacia mi claramente sorprendido por mi pregunta —Si, si lo sabía y lamento también haberme quedado callado, pero comprenda que esto era algo que solo le correspondía a mi amigo decirle.

—Lo sé, solo que ahora puedo comprender porque cuando el fue al hospital me miraba como si me conociera de hace tiempo —apoyo mi mejilla en mi mano mirando a una esquina de la habitación.

El se levanta de su silla para acercarse a mí, se sienta en la esquina de la mesa y me mira —Debería darle una oportunidad señorita Maylea, nunca había visto a mi amigo mas enamorado.

Sus palabras entran en mi cabeza, no se si pueda darle oportunidad a este hombre tan poderoso yo solo soy una simple mujer que trata de llegar a fin de mes con un pasado que la atormenta hasta el día de hoy, la mano del señor Neo acaricia mi cabeza como si fuera un perro yo levanto la vista hacia él.

—Esa cicatriz en su ojo la hace ver muy hermosa.

—¿Interrumpo algo?

Me sobresalto al igual que el señor Neo al ver a Ryan de pie frente a mi escritorio, este ultimo nos mira cada uno como tratando de descubrir lo que esta ocurriendo claro que yo estoy asustada pero no porque haya hecho algo malo si no porque fuera a mal interpretar lo que esta ocurriendo.

Su mirada se vuelve hacia mí, veo fuego en ellos —Primera y ultima vez que la veo jugando con sus compañeros señorita Maylea, la quiero en mi oficina ahora.

Miro por ultima vez al amigo del Ryan antes de ir detrás de el hasta su oficina y al entrar cierra la puerta con fuerza para luego ponerle seguro, me sujeta del brazo para ponerme contra la pared, su rodilla abre mis piernas.

—¿Qué hacían tu y Neo? Los he visto muy juntos.

Yo sujeto su camisa para tratar de apartarlo —No tengo porque darte explicaciones, soy una profesional y no mezclo mi trabajo con los sentimientos.

Sigo forcejeando para tratar de que me suelte, pero no lo consigo y sus labios aplastan los míos con fuerza que me lastima, su aliento huele a licor eso explica porque esta así. Una de sus manos rodea mi cintura pegándome más a su cuerpo mis manos siguen tratando de empujarlo, pero al final cedo a este delicioso beso que se vuelve mas apasionado con gana segundo.

Mis manos desabotonan su camisa hasta que se la termino arrancando y quedo impresionada ante su hermoso cuerpo musculoso, el me carga mientras nos seguimos besando llevándome hasta su escritorio donde coloca mi trasero, me quita la camisa y sube mi falda.

—No sabes cuanto te deseo Maylea... se mía por favor.

Paso mi lengua por sus labios dándole a entender que quiero ser solo de él, besa mi cuello hasta llegar a mi pecho liberando del incomodo sostén su lengua va hacia uno de mis pezones arrancándome un suspiro de placer, mis manos se enredan en su cabello despeinándolo.

—¡Ah!

Suelto un gemido cuando siento uno de sus dedos adentrarse en mi sexo, clavo mis uñas en sus hombros pidiéndole que por favor pare que no vaya más rápido pero el ignora mi petición y ahora su lengua es la que esta jugando con mi clítoris. No puedo evitar gemir, pero su mano cubre mi boca y se acerca a mi cara con una sonrisa.

—No hagas ruido, o te van a escuchar —me da un beso en mis labios una vez que quita su mano.

—Solo cállate y follame— le digo con las mejillas rojas.

Me pone contra la mesa no puedo ver nada solo escucho el ruido de sus pantalones caer y su sexo frotarse entre mis nalgas, siento que es algo grande y que no voy a sobrevivir después de esto. Sin más él se introduce arrancándome un grito que calla con su mano en mi boca, mis ojos lagrimean mientras el me folla aquí en su oficina, me siento tan mojada que siento que no voy a poder resistir.

—Mierda preciosa, estas tan mojada y apretada, me succionas por completo.

Ryan

Me encanta tenerla en esta posición donde puedo ver su hermosa espalda y sus nalgas chicar contra mi pelvis, esta mujer me vuelve loco, una de mis manos va hacia su cuello levantándola apra que su espalda este cerca de mi torso.

—Ah, ah Ryan no puedo más...

—Pero si apenas estamos empezando.

Salgo de su interior y me siento en la silla haciéndole una seña para que se siente ella obedece como una niña buena y en cuanto se sienta comienza a brincar, mis ojos se van hacia su hermosa cara roja por le excitación.

Maylea se acerca para besarme sin dejar de moverse puedo sentir las vibraciones de sus gemidos en cada beso que me da, siento como estoy por venirme y la empujo para luego hacer que se ponga de rodillas.

—Abre la boca.

Maylea obedece mis ordenes y abre su hermosa boca, mi sexo se adentra en ella sintiendo como me corro en su garganta yo solo puedo escuchar el sonido de sus gemidos y luego como traga mi semen, se levanta mirándome aun sonrojada.

—Ahora soy tuya Ryan.

𝐁𝐥𝐚𝐧𝐜𝐨 𝐲 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐨 | 𝐈𝐬 𝐈𝐭 𝐋𝐨𝐯𝐞? 𝐑𝐲𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora