• El reloj frío, reposado en la pared daba las doce.
Dos niños jugaban en la residencia .
Ambos corrían y reían.
-¡A que no me pillas!- vacilaba uno
Sus risotadas retumbaban en el edificio .
Recorrían pasillos y umbrales , vestíbulos y habitaciones.
Una mujer se plantó frente a uno de los niños.
-Deberías estar en la cama Jimmy
El niño fue acompañado de la mano a una habitación de paredes decoradas de dibujos.
Jimmy se acostó en la cama.
-Buenas noches Jimmy-dijo la mujer y le plantó un beso en la frente.
• El reloj recostado en la pared daba las una .
Los dos niños corrían de nuevo.
-¡A qué no me pillas !-reían y reían.
Jimmy se cayó, raspando la frágil piel de su rodilla.
Sollozaba ,la herida escocía.
-Mamá-llamaba entre llantos.
La misma mujer de antes le tomó la mano , le curó la herida y le besó la frente.
De nuevo estaba en la habitación de paredes decoradas ,tumbado en la cama .
-¿Qué hacías corriendo en el edificio?-preguntó la mujer.
-Jugaba con el niño.
-¿Qué niño?Jimmy, aquí solo vivimos nosotros.
-El niño de los ojos azules.
El rostro de la mujer palideció.
Aquellos ojos azules y lastimosos, los recordaba , llenos de lágrimas, e irritados por el dolor. El cuerpo recostado en el suelo, envuelto en sangre.
Recordaba aquella mirada asfixiada , esa ira que le estrujaba el cuello, palideciendo el rostro del muchacho.
Sin duda aquella mujer lo recordaba.
Recordaba aquel inocente niño, Henry.
Recordaba como en un ataque de rabia, había acabado con él .
Levantó la mirada, frente a ella ya no veía el rostro de Jimmy.
Sino que veía aquellos malditos ojos azules, esos que ella misma había visto.
Le perseguían y torturaban.
Eran los ojos de su hijo .
-No,no,no...-repetía desenfrenadamente mientras sollozaba.
En un último impulso, conducido por el dolor y el sufrimiento, agarró con ambas manos el cuello de Jimmy.
• Allí, el reloj daba las dos .
Ningún niño corría.
Pero en la mente de la mujer una frase persistía:
"A que no me pillas"
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FIN •°
