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Estaba tarareando una canción mientras ponía todo lo necesario dentro de su mochila.

- ¡Tae, el desayuno está listo! - Escuchó el grito de su madre desde la cocina

- ¡Voy! - Le gritó de vuelta. Parecía que llevaba todo, pero no importaba cuántas veces revisara, siempre tenía la sensación de que algo se le olvidaba.

Se miró por última vez en el espejo, su uniforme estaba bien, sus zapatos igual, miró su cabello y suspiró, no había mucho que hacer con él.

Entonces, tomó su mochila y salió de su habitación.

Sonrió cuando se sentó a la mesa y vio en su plato waffles en forma de osito - Mamá, ya no soy un ni...

Ella apareció a su lado y lo interrumpió con un beso en la mejilla - Ya, claro que no, eres todo un adulto de dieciséis años - Le revolvió el pelo - Pero me gusta prepararlos y además, sé que son tus favoritos. No te atrevas a negarlo jovencito - los dos rieron.

Era verdad, era su desayuno favorito desde que tenía cinco años.

- Oye, ma, recuerda que la próxima semana es la pijamada con los chicos - Su madre tenía tantas cosas en la mente que debía recordarle - Será aquí

- Lo sé, cariño, lo tengo anotado en mi agenda - Ella se rió - No soy tan despistada como piensas

Sí, sí lo era

- Bien, de acuerdo, como tú digas

El resto del desayuno transcurrió como siempre, comida deliciosa, una plática tranquila y la compañía de su madre.

Valoraba mucho su tiempo juntos, ya que por su trabajo ella salía de viaje constantemente y aunque eran cortos, la extrañaba.

Al terminar, su mamá lo llevó hasta la escuela a pesar de que él podía irse solo, ella solo insistió un millón de veces hasta que tuvo que aceptar.

Había llegado solo un poco más temprano de lo habitual, así que se dirigió a su oficina a matar el tiempo.

Al entrar sufrió un mini infarto al notar a alguien sentado en el sillón, le tomó apenas unos segundos reconocer a Jungkook. Sonrió al verlo medio desparramado, llevaba los audífonos puestos y tenía la cabeza echada hacía atrás en el respaldo y los brazos a los costados.

Caminó hacia su silla pero el sonido que hizo Jungkook lo detuvo

- Hola, Tae - Lo saludó y se quitó un audífono

- Hola, Jungkook, buenos días - Se sentó en su silla y buscó una libreta en su mochila.

Levantó la vista y le sonrió a Jungkook cuando esté se sentó en la silla frente a él.

- Llegaste más temprano de lo normal hoy ¿No? - Cruzó los brazos sobre el escritorio y apoyó la barbilla en ellos

- Igual que tú ¿No? - Le preguntó alzando una ceja

- Quizá - Respondió Jungkook con una sonrisa - En realidad... Te estaba esperando.

Al oír eso, Taehyung detuvo sus movimientos y lo miró - ¿Por qué? ¿Pasó algo? - Frunció el ceño ¿Alguien había sido malo con él?

- Yo... - Suspiró - Quería disculparme por mi comportamiento en la cafetería, yo...

- Jungkook, no tienes nada porqué disculparte, tonto - Dijo con una risilla - De verdad

- ¿De verdad?

- Lo prometo - Le dijo y volvió su atención a su libreta, pero el movimiento de Jungkook lo distrajo de nuevo. Soltó una carcajada al verlo estirar su meñique hacía él y estiró su mano para entrelazar ambos dedos.

Siempre has sido tú | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora