El día empezó prometedor . Se había levantado temprano , antes que el resto de la familia , y logró salir a hurtadillas después de haberse vestido tan silenciosamente como pudo . Consiguió también llevarse el casco de caballero y la espada de madera , que ahora agitaba alegremente mientras recorría a la carrera los cien metros que separaban la casa de la entrada del barranco llamado Arbilar ( no se muy bien es para que se hagan una idea ) . Se detuvo un instante y miró con respeto y admiración la empinada grieta que se abría en medio de la montaña . Había dos metros entre las pétreas paredes que se erguían una docena de metros hasta el cielo , donde el sol empezaba a elevarse en ese momento . Tres grandes bloques de piedra habían quedado colgando para siempre en el centro del barranco y ofrecían un espectáculo imponente . Era un lugar que ejercía fuerza de atracción mágica sobre un niño de seis años , y el hecho de que Arbilar fuese territorio prohibido no le restaba lo atractivo precisamente .
Debía su nombre a un rey , pero él desconocía ese detalle o bien no le interesaba , mientras se adentraba despacio entre las sombras , con su espada de madera lista para el ataque . En cambio , sí sabía , porque su padre se lo había contado , que las escenas de la película de Ronja , la hija del bandolero , que transcurren en la Boca del Infierno , se habían rodado en en barranco de Arbilar y después , cuando vió la película , sintió un cosquilleo en el estómago muy especial al ver a Oscar , el rey de los bandidos , cabalgar por entre las rocas . A veces él mismo jugaba allí a ser bandido , pero aquel día quería ser caballero de la mesa redonda , como ese libro tan grande y tan bonito que su abuela le había regalado por su cumpleaños .
Fue arrastrándose por las grandes elevaciones de piedra que cubrían el suelo y se preparó para , con su valor y su espada , abalanzarse sobre el gran dragón que lanzaría llamaradas por la boca . El sol no alcanzaba hasta el fondo del barranco , lo que lo convertía en un lugar frío y oscuro , perfecto para dragones . No tardaría en hacer en hacer que le corriese la sangre por la garganta y , tras una prolongada lucha , la bestia cae muerta a sus pies .
Algo que detectó por el rabillo del ojo captó su atención . Un pedazo de tela roja se divisaba detrás de una gran roca , y la curiosidad pudo más que él . El dragón podía esperar . Tal vez se escondiese allí un tesoro . Tomó impulso y saltó sobre una piedra para mirar al otro lado . Estuvo a punto de caer de espaldas , pero logró recobrar el equilibrio tras describir varios molinetes con brazos y espada después de unos segundos de vacilación . Más tarde no se atrevería a admitir que había sentido miedo , pero entonces , en aquel preciso momento , supo que ni había experimentado un miedo mayor en sus seis años de vida . En efecto , allí yacía una señora que parecía haber estado acechándolo . Estaba tumbada boca arriba y lo miraba fijamente a los ojos .
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Los gritos del pasado
Mystery / ThrillerLa escritora Camila Benedetti y su compañero , el detective Jared Parker , disfrutan de unas merecidas vacaciones en su casa en la pequeña población costera de Madrid , que , en verano , es un apreciado destino turístico . Camila está embarazada de...