Infiel ❁ HyunIn

♡ : CAPÍTULO XVII

Christopher Bang era el hombre más apasionado que Jeongin había visto en la vida.

Era exigente en su trabajo, responsable y dedicado, solía tener una actitud y apariencia fría, pero a su vez también puede ser cariñoso y muy dulce.

Y a Jeongin realmente le dolía no poder amarlo como el pelinegro merecía. Porqué para él, el pelinegro se merecía el mundo entero y una persona como Jeongin tan lleno de defectos y problemas no podía darle.

Se levantó de la cama y Chan se removió en ella negándose a despertar jalando a Jeongin para acomodarlo entre sus brazos.

—Daddy, Innie tiene hambre— bromeó el pelirrojo con voz melosa.

—Ummm sólo un rato más— pidió Chan —es temprano aún y es mi día libre.

Pero Jeongin si tenía hambre y su estómago rugía por comida.

—Duerme daddy, yo te traeré de comer en la cama.

—Mi comida favorita eres tú— Chan meneo sus caderas simulando penetraciones, Jeongin gimió bajito.

—Innie quiere su lechita.

Chan gruño por la frase sugerente pero antes de que pudiera hacer algo Jeongin había saltado de la cama y salido corriendo de la habitación.

—¡Vas a tener que compensarme bebe!— Gritó Chan poniéndose de pie también para tomar una ducha y bajar la excitación de hace un momento.

El departamento de Jeongin no era grande, pero era suficiente, era bonito y acogedor.

Chan lo visitaba casi todos los días y pasaba la mayoría de las noches con él.

Preparó una ensalada para desayunar y jugo de nopales con pepinos, de esos que Chan tanto odiaba, pero terminaba tomando para no hacerlo sentir mal.

—¿Deberíamos ir a ver a tu hija?— preguntó Chan, Jeongin lo miro serio y negó —necesitas hacerlo, hay teorías médicas que aseguran que los pacientes en coma están conscientes de lo que pasa alrededor y cuando ella despierte...

—Tú no entiendes— lo corto Jeongin con actitud molesta —no no puedo... No lo soporto.

Chan tomo su mano con cariño —yo estaré ahí para apoyarte.

Jeongin lo miró de forma triste.

—Realmente no sé qué haría yo sin ti, mi hermoso Chris

—Oh por favor no me llames así— pidió avergonzado el pelinegro.

Yeji parecía muy tranquila, Jeongin le dio un beso en la frente y le cantó canciones infantiles, Chan los miraba enternecido recargado en la pared dándoles su espacio.

Peino su cabello con cuidado e incluso le puso brillo labial.

—Recuerdo que cuando era pequeña me pedía que le comprara maquillaje, yo solía negarme diciéndole que era muy pequeña para esas cosas. Ella inflaba las mejillas y se ponía toda roja como un pequeño tomatito y yo terminaba cediendo, no podía negarme a sus caprichos, ella es la niña de mis ojos.

Chan le abrazó por la espalda con cariño demostrando que él estaba ahí para apoyarlo.

—Y cuando despierte podrás seguir haciéndolo, lo primero que haremos, porque quiero que me incluyan en su vida, es ir de compras, compraremos vestidos bonitos de muchos colores, zapatos y maquillaje, cosas de las que usan las niñas en su cabello y mucho más.

Jeongin río discreto —a ella no le gusta mucho las cosas rosas, ella es ruda en eso se parece a su papá.

—Pero si a ti te encantan las cosas rosas— dijo Chan con insinuaciones.

Jeongin desvió la mirada, la insinuación paso a segundo plano dándose cuenta que cuando había dicho papá se había referido a Hyunjin y no a él.

Chan entendió y prefirió quedarse callado.

—Aun así sería fantástico que cuando despierte podamos los tres tener una cita.

Chan miró con el ceño fruncido hacia la niña, Jeongin pensó que estaba enojado hasta que también lo vio.

El pequeño dedo de su niña moviéndose y después la mano entera.

Chan salió para llamar a un enfermera, pero Jeongin se quedó ahí mirando los ojos de Yeji que también lo miraban y su pequeña boca tratando de decir algo sin lograrlo.

Pero él lo entendía leía en sus labios la palabras "pa... pi..."

Y no podía parar sus lágrimas y en ese momento se arrepintió de no ir a verla más seguido, de no haber estado con ella más tiempo, de haber intentado seguir su vida y se dio cuenta de cuan egoísta había sido.