Tres

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- Tenemos que hablar, Han Jisung. -Fue lo que escuchó salir de la boca de Felix. Tenía miedo, así que iba a preparase para todo lo que su hermano tenía que decirle.

El Omega se sentó nuevamente en aquel sofá blanco, estaba casi temblando del miedo que le estaba dando, pues sin duda cuando su hermano mayor se enoja es alguien a quién debes temerle, no porque reaccione de manera agresiva, sino porque es de alterarse muy rápido que puede llegar a decir cosas hirientes sin pensar, no hasta que se da cuenta.

— ¿Sobre qué quieres hablar, lix? –Preguntó tímido y a la vez asustado. Por su parte, Felix estaba viéndolo con su ceño medianamente fruncido.

— ¿Quién era el que estaba aquí cuando llegue con papá y mamá? ¿Ah? –Empezó preguntando aquello el alfa, sin quitar su cara seria. Han en ese momento se sonrojó fuertemente de las mejillas, ya que nunca le había contado a su hermano que ya tenía un alfa.

— Amm... E-Es mi... A-Alfa. –Tartamudeó, hablar de esto con su hermano le era difícil, sabía que después de eso el Alfa iba a alterarse por aquella noticia. Solo vió cuando el alfa se levantó del sofá, entonces empezó a sollozar en silencio, pues sabía lo que venía.

— No. Dime qué no es cierto, Jisung. –Felix lo miró enojado, el Omega se sentía demasiado pequeño en aquella situación. – ¡Dímelo! ¡Dime qué no es cierto, maldita sea! –Gritó, haciendo que el peligris diera un pequeño brinco del susto.

El Omega empezó a sollozar cada vez más, sus hipidos podían escucharse. —Es la v-verdad, hermano. No e-estoy mintiendo. –El alfa al darse cuenta de que su hermano menor estaba sollozando, decidió calmarse, puesto a qué no quería llegar a hacer algo de lo que después de arrepentiría.

Tomó el rostro del Omega y limpió sus lágrimas con sus pulgares. — Perdón. –Se disculpó primero. – Supongo que debo de aceptarlo aunque no quiera, pero solo no quiero que te lastimen. –Habló con delicadeza, Jisung ya estaba calmando su llanto, así que le dió una pequeña sonrisa a Felix.

— Tranquilo, no va hacerme daño. En este tiempo que llevamos saliendo, me ha demostrado que me quiere y ama demasiado, que no sólo va a utilizarme. Y en caso de que sea todo lo contrario, te daré todo el permiso para que le des una paliza. –Ambos rieron por lo último dicho del Omega.

— Ya dijiste. –Dicho esto, el Alfa caminó directo a su habitación dejando solo al Omega en aquel sofá blanco.

Al día siguiente, se despertó minutos antes de que sonara su alarma. No quería ir a la universidad, se sentía cansado y tenía ganas de dormir hasta más tarde. De repente, su teléfono empieza a sonar, así que lo toma entre sus manos mirando de quién se trataba, una sonrisa boba se formó en su cara cuando leyó el nombre de Hyunjin en la pantalla del teléfono, así que sin más, decidió responderle.

¿Cómo amaneció mi lindo y hermoso Sunggie? –Fue lo primero que escuchó al otro lado de la línea, haciendo que un sentimiento cálido invada su pecho.

— Sin ánimos. ¿Y tú como amaneciste bombón? –Escuchó la risa de Hyunjin.

Tú siempre, cariño. –Volvió a reír. –Y amanecí bien. Ahora mismo estoy preparando todo para darme una ducha. –Contestó el Alfa a la pregunta hecha antes.

Jisung sonrió malicioso para después decir: — ¿No me invitas? Apuesto a que sería bueno hacerlo. –El Omega soltó un pequeña risa, pues le gustaba molestar a su Alfa de esa forma.

Oh, Sunggie. ¿Enserio? ¿Otra vez? —Se quejó el pelinegro. – Dios mío, tú no te cansas de molestarme de esa forma. ¿Verdad?

Nop. –Fue lo que respondió. – Pero no es algo imposible, puedo ir a tu casa y así podríamos ducharnos juntos... ¿No crees, Alfa? –Lo provocó, estaba seguro de que Hyunjin estaba teniendo un debate mental. –¿Por qué tan callado? –Rió con burla el Omega.

Después no te quejes por lo que provocas, Jisung. –Respondió, el peligris pudo escuchar que la voz del contrario se había puesto más ronca y sintió como un escalofrío recorría su cuerpo, pues Hyunjin sabía lo que provocaba en él. – Ahora, debo ducharme y también deberías hacer lo mismo. Nos vemos en la uni, cariño. –Se despidió y cortó la llamada.

El Omega se levantó de la cama para poder también darse una ducha, así que caminó hasta el baño y cerró la puerta de éste. Al terminar, buscó la ropa que se pondría y se decidió por un top rosa pastel, que dejaba gran parte de su abdomen y ombligo al descubierto. (Claro está que a él le gustaba usar ropa ancha, pero está vez, quería ir vestido diferente), junto a unos pantalones de mezclilla color negro rasgados de las rodillas.

Se miró al espejo, no le quedaba nada mal. Incluso se sintió como alguien inalcanzable, peinó su cabello grisáceo como de costumbre, después de eso, pensó en que zapatos ponerse ya que tenía casi ocho pares de calzados. A lo último escogió unas botas negras que lo hacían ver un poco más alto.

Fue a la sala de la casa y ahí encontró a su hermano junto a sus padres que se encontraban desayunando antes de irse cada quien a su trabajo. El segundo alfa de la familia se le quedó viendo al Omega, estaba en shock pues nunca había visto a su hermano vestido de aquella forma y menos cuando iba a la universidad.

— ¿Por qué te vestiste así? Nuca usas ese tipo de ropa. –Le preguntó. Jisung lo miró de reojo con una linda sonrisa en sus labios.

— Hoy quiero ir diferente. –Dijo de lo más relajado. – Además, no he usado este top desde que mamá me lo compró.

Felix vió a su madre sorprendido. —¿¡Enserio le compraste... Eso!?

— Felix... –Advirtió su padre.

— Lo siento, padre. –Hizo una pequeña reverencia como disculpa. –Es que todavía no me parece creíble el hecho de que mamá le haya comprado ese top...

— Lo entiendo, pero no tienes por qué reaccionar de esa forma. A veces me pongo a pensar si haces intencionalmente eso de reaccionar tan exageradamente. –Su padre miró atentamente a Felix, quién lo vió con una expresión indignada.

— Bueno, sigan comiendo. Porque luego se nos hace tarde a todos. –Apuró su madre, a lo que todos en la mesa asintieron obedientes.

¿Yo? Yo Soy El Omega De Hyunjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora