Su matrimonio estaba a un paso de terminar .... estaba buen nunca fue feliz a pesar de amarlo tanto pero ahora tenía una oportunidad para recuperado...lo logrará
Amo la experiencia que la vida me ha regalado con el paso de los años, yo busco crecer a cada instante cada día que vivo es un peldaño...
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Yo no vivo angustiada del paso del tiempo eso no me atormenta, yo no forzó mi cuerpo con la zapatilla de la cenicienta, yo con mis años vivo contenta...
Extra
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Wangji era feliz, sus bebés habían nacido, sus hermosas gemelas estaban en este mundo para recordarte que era afortunado, para decirle que tenía una nueva oportunidad para ser un buen padre un buen esposo y un buen amante.
No le importo que su portafolio sea babeado, llenado de desechos o desaparecido en el mundo de lo desconocido, cuando sus nenas comenzaron a gatear, ahora debía revisar el coche antes de arrancar pues en ocasiones, tubo que regresar a la casa para devolver a dos polizonas, que se metían al auto en un descuido de su esposo e hijos mayores.
Aun recuerda como dieron sus primeros pasos, como se asombraron cuando una de ellas los llamo para acusar a su hermana de haber destruido el equipo carisimo de París que el le obsequio a su esposo en uno de sus muchos cumpleaños, todos esos eran bellos recuerdos que no cambiaría por nada del mundo.
Así que seis años después aquí estaba de nuevo llorando, si llorando por que perdería a sus compañeras de travesuras, sus cómplices en el chantaje contra su esposo e hijos mayores, las perdería para siempre, ho dioooosss llévame primero por que mis niñas dejen irse tan pronto solo las disfrute 6 años... dios mio por favor.....
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Llévame a miiii, mis niñas nooooo por favor, mí amor huyamos juntos , regresemos a casa juro que el próximo año lo intentamos de nuevo siiii gritaba Wangji pegado a sus hijas, haciendo el berrinche de su vida por no dejar a sus hijas.
Por favor mi vida deja de ser tan dramático, interrumpió Yibo a su marido que armaba show frente a la primaria donde inscribieron a las gemelas, no asistieron al preescolar por que el hombre se moría cada que Yibo trato de llevar a sus nenas al colegio pero ahora no podían seguir prolongando la asistencia a la escuela.
Mira amado esposo tus hijas tienen que ingresar a la escuela, ellas también necesitan socializar con otros niños, aprender a convivir con otros, en casa estamos todos pero ellas necesitan hablar y divertirse con otros niños que no sean sus primos y conocidos, vamos te daré un premio carnal esta noche si te portas bien, que dice mi hielito esculpido, no quiere hacer copitos de nieve.
Wangji fue a su oficina trabajo diligentemente hasta las 6 de la tarde, paso por un ramo de flores, algunos dulces que le encantaban a sus nenas, y el juego nuevo que salio para sus hijos mayores, quería dejar a sus niños entretenidos para que le dejarán reclamar su premio.
Al llegar a su casa se dio cuenta de que todo estaba a media luz, había luminarias desde la puerta atravesaban al jardín donde su esposo tenía sus arbustos favoritos, dejo los regalos que traía para sus hijos en el pórtico de la entrada seguramente su esposo había enviado a sus hijos a casa de sus abuelos.
Osea que iba enserió eso de la creación de copitos de nieve, después del alumbramiento de las gemelas los doctores hicieron lo posible por no lastimar su matriz, le habían dado esperanzas de que en algunos años de tratamiento pudieran volver a encargar premio de la cigüeña.
Yibo había estado cuidando sus días fértiles durante estos años, para no arruinar su tratamiento, después de unos años los doctores le dieron banderazo para que intentaran embarazarse pero ellos decidieron esperar a que las gemelas estuvieran más listas para ser independientes o al menos no necesitaran tantos cuidados.
Así que si su esposo estaba dispuesto a intentar quería decir que estaban listos para la nueva aventura, Wangji casi se deamaya al ver el cuerpo esbelto delicioso, esperándolo para iniciar la danza de la concepción, el tendría que sacrificarse para darle gusto a su amado esposo.
Besos jugosos, risas por las cosquillas, gemidos por la calentura, pujidos por la necesidad de sacar un poco de deseo y muchos muchos mililitros de semilla que inundaron el utrero de Yibo, con cada ida y venida su pasión crecía más y más ya no podia decir que su esposo era un témpano de hielo, más bien podría compararlo con un caldero gigante de pasión desenfrenada.
