Dos veces tú [Catradora]

Capítulo 1

Adora Grayskull, brilla sin esfuerzo, roba miradas y suspiros. Bueno, es de esperarse, la capitana del equipo rugby de la universidad de Luna Brillante, su liderazgo nato ha hecho que su equipo sobresalga sobre de todas las universidades del país. Sabe mantener unido su equipo de la mejor manera. El mundo espera maravillas grandes de ella en el futuro.

Cuando ella camina por los pasillos del colegio, automáticamente todos voltean a verla, es imposible no hacerlo. La rubia de ojos azules con un toque de torpeza es indiscutiblemente bella, todos los chicos y chicas morirían por tener una oportunidad con ella. 

Adora lo sabía, sabía lo que provocaba en los demás, eso había creado una actitud de superioridad y un toque de egoísmo en ella. No aceptaba un no por respuesta y tenía la tonta de idea de poder tener todo lo que quisiera cuando lo quisiera.

Narra Adora

―¿Qué clase nos toca Glimmer?― le pregunté a la pelirosa.

―Nos toca... filosofía― me respondió después de mirar la hoja del horario.

―Agh― dije con disgusto ―Como odio las materias de relleno.

―Lo sé, pero ni siquiera pienses en saltártela porque sería ya la tercera vez en el parcial y si repruebas no puedes seguir en el equipo y lo sabes― me dijo con tono de regaño.

―Uy si claro, no creo que el colegio quiera tener a su mejor jugadora fuera cuando la siguiente temporada está a la vuelta de la esquina― respondí ―Pero está bien, no voy a saltarme la clase, vamos― me dí la media vuelta y seguí mi camino.

―No siempre vas a tener el mundo a tus pies, Adora― regañó Glimmer después de cerrar con fuerza la puerta del locker.

Caminamos hacia el salón correspondiente, llegamos un poco antes así que aprovechamos para irnos a sentar hasta el fondo. Quería tener la oportunidad de distraerme con algo más que hablar del ser o no ser en la clase. Pasaron sólo unos cuantos segundos cuando llegaron las demás del grupo: Mermista, Perfuma, Scorpia, Frosta, Netossa, Huntara y Mara.

―Y bien Adora― comenzó a decir Huntara ―Es viernes, ¿tienes algún plan para que vayamos esta noche?― preguntó y todas voltearon a verme esperando una respuesta.

―Bueno, hoy hay promoción en el antro de siempre, la Rebelión. Nos vemos allá a las 10, ¿les parece?― todas afirmaron con entusiasmo.

―Silencio chicos que la clase ya empezó― dijo la profesora al llegar, obviamente lo decía por nuestro alboroto.

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La clase dio inicio y la rubia apenas y escuchaba a la profesora, al saber que era una materia de relleno no le apetecía poner el mínimo de atención en ella. La mejor idea que se le ocurrió en ese momento fue mirar a la ventana y tratar de distraerse con cualquier cosa del mundo exterior que a su parecer, era más interesante. La chica se perdía en cualquier cosa y había cosas que pasaban desapercibidas para ella. Una de ellas la miraba en silencio desde el otro lado del aula.

Con un mundo en cada uno de sus ojos, uno color azul y otro color amarillo. Miraba desde la distancia Catra, ella siempre se había sentido atraída por Adora y a diferencia de los demás la morena podía ver algo más en ella, más allá de la idolatración. Catra miraba a una chica con linda sonrisa y ojos tan parecidos al cielo que juraba que casi podía tocarlo con tan sólo verlos. Que detrás de toda la perfección que la gente admiraba, estaba una chica como cualquier otra que sentía y que de vez en cuando también lloraba. Catra tenía un amor platónico con la rubia, aunque evidentemente nunca lo iba a saber, porque a pesar de compartir varias clases juntas durante un par de años, para Adora, Catra era completamente invisible.