El que anehlaras un amor apasionado estaba más que prohibido para ti, estabas cansada de la fuerte rutina diaria con tu esposo Carlos, un hombre que en un principio de ofreció todo y ahora no era más que su esclava con la etiqueta de esposa, tenían 2 hijos, ambos adolescentes, para ti eran toda tu vida y la razón por la que peleabas a diario para seguir con la relación, ya no por que lo amabas si no por que sabias que si de alguna forma lograbas alejarte de tu esposo este diría cosas asquerosas de ti a tus hijos, lo que menos querrías era perder a tus hijos, por lo cual siempre pretendías que las cosas estuvieran bien entre ambos, un par de padres honestos y amorosos, desde la vista de las demás personas.
No era muy secreto el que ambos ya no existía esa chispa de amor, de que ya no existía ese sentimiento lleno de calor y bienestar entre ambos, al principio al ver el cambio que daba tu marido te asustaba, pensaste que quizás ya no eras lo suficientemente buena en casa, dejaste tu trabajo y estuviste en casa tomando 100% de tu tiempo, horneaste, lavaste los baños y ropa, atendiste a tus hijos, estuviste para Carlos hiciste lo posible para que todo funcionará y todo para que una noche encontraras mensajes con una mujer 8 años menor que tu, su excusa, "Eres muy vieja para darme lo que necesito en la cama" no podrías mentirle a nadie si te preguntaban en ese momento si todo acaso entre tu marido y tu estaban bien, caerías en lágrimas rápidamente, fueron 3 largos años curando silenciosamente tu corazón, viendo como salía noche tras noche con la misma chica, llevándola a lugares caros o lujosos cuando a ti ni una sola joya te llego a dar.
Creciste tras los valores de que debías servir a tu casa, hijos y maridos, si llegabas a trabajar debías ganar menos que el, ofrecer todo para el, aun si este no lo veía, debías dar más, aun si te engañaba era tu culpa, era tu error, eso te dirían si por casualidad soltabas algo de eso "Tu eres la mujer, es tu culpa si no se siente bien a tu lado, debe de estar sufriendo por tu compañía" viniendo de familiares sabias que te dolerían bastante, solo lo callaste y así fue hasta hace unos meses, conociste a una agradable mujer, aquella te ofreció tu amistad, sinceridad y devoción, el día en que contaste tus penas lloro a tu lado, sintiéndose horrible por no haber estado cuando lo necesitabas, para ti ella se volvió lo más importante en tu vida, empezaste a salir más amenudo, a tu marido no le importaba en lo absoluto, a veces le llegabas a contar a tus hijos sobre tu salida del día, cosa que los animaba bastante al igual que a ti que te escucharán.
Un noche, fuiste invitada a casa de esta misma, una pequeña fiesta de bienvenida al hermano de tu amiga el cual había regresado a casa luego de unos 4 largos años, tu primera Impresión fue la gran cantidad de familiares presentes, cada uno tan amable y cariñoso como tu amiga, te acojieron como parte de su familia sintiéndote cómoda al instante, tuviste largas charlas con algunas primas y primos, todo iba de maravilla pero las cosas podrían ir mejor, tras un rato de hablar quisiste ir al baño, mientras ibas desorientada por los pasillos largos terminaste abriendo una puerta, dejando ver de espaldas a un fornido hombre mirando por la ventana.
__Ooh, lo siento, lo siento_ aquel hombre se dio la vuelta, dándote una amable sonrisa, achinando sus ojos, su barba y bigotes dieron un gran toque a este, viéndose tan cariñoso como imtimidante.
__¿Buscas el baño de casualidad? _hablo aquel hombre sin hostilidad alguna, acentiste como respuesta__ dejame guiarte por favor.
Caminaste detrás de este hasta poder encontrar la dirección aquella puerta de madera blanca fina, cuando por fin se detuvo, este se hizo a un lado, te miro unos instantes y sonrió.
__Muchísimas gracias, esta casa es en verdad muy grande_ provocaste un par de carcajadas de su parte, este respondió dándote la razón de ello, para luego dejarte, su risa se había contagiado contigo y aun la mantenías luego de que este se hubiera ido.
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⸺ .Corazón Desleal. ⸺
Teen FictionEl deseo carnal entre dos personas es más fuertes que la misma fidelidad que puede llegar haber en un matrimonio