extraño

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Las calles abarrotadas recibían a un joven llamativo por el lugar, un frecuente comprador, en aquella ciudad algo lejana, a su lugar natal.

El calor era un poco exagerado pero ahí estaba, el alto pelinegro asombrado por lo llamativo de las telas, es decir, las telas eran buenas y el precio no era algo exagerado como para no comprarlas.

El inicio de su pasatiempo fue justo ese mismo día, después de haber comprado ropas a un alto precio que ni siquiera le había gustado. Fue cuando pasó por una tienda de telas, en la que solo entró por casualidad, o más bien curiosidad.

Tan solo decidió darle una mirada a las telas dónde sabía o más bien sentía debía ir.

Como un presentimiento, como si fuera algo que tarde o temprano haría en sus viajes a esa ciudad, entró a aquel lugar deliberadamente descubriendo su interés por las prendas hechas por sí mismo.

Cosa que de hecho mantuvo oculto de sus padres, después de todo ya no vivía con ellos.

Lo que hiciera o no, no tendrían porque saber, es lo que decidió una vez comprendió que no era bueno hablar de algunas cosas con las personas incorrectas.

Y ahí estaba otra vez en esa ciudad, con sus manos en el manubrio del auto que estuvo en reparación, que en su última visita lo había dejado en un taller que le recomendaron dejando ahí su coche, por lo que tuvo que prestar servicio de un señor para que lo dejara en su zona y así fue como esta vez también volvió.

Ahora que estaba ahí solo tenía que comprar unas cosas y volver, siendo una visita imprevista hasta para él.

Intentando no pensar en esa piel desnuda, suave y lisa que quería lamer y en ocasiones morder.

Tan solo se le hacía agua en la boca al recordarlo y tiene que suspirar cuando tiene indicios de una erección. Se recostó en su asiento despejando sus pensamientos para no pensar en aquello.

Ni siquiera le había hablado o avisado que saldría...

No... Ahora no podía pensar en esas cosas.

Estacionó su auto en dónde siempre lo hacía cada vez que venía y empezó con sus compras, haciendo pedidos entre otras cosas. Ya era conocido por el lugar por lo que era bien recibido y con algunos tratos ejem, buenos precios que bien agradecía.

Cuando sus compras concretaron llegó a su última parada de siempre, sintiendo sus ojos desviarse a la tela blanca del mostrador fue empujado por sí mismo a entrar cuando es lo que quería evitar.

Sus pensamientos llegando cuando tuvo la tela enfrente suyo.

—¡Yeonjun-shi!. —llamó un hombre mayor al verlo y lo saludó una vez lo tuvo a su alcance.

—Señor Baek. —asintió.

—Wow te ves bien como siempre.

—Gracias, usted también.

El señor rió y señaló la tela que estaba mirando antes.

—Te ví viendo esto, que tal?. Lo quieres verdad?. Es una buena tela recién importada, tienes buen ojo como siempre.

Yeonjun sonrió un tanto incómodo y asintió.

—Me gustó la tela desde que lo ví. Podría llevar algo verdad?. —lo miró esperando respuesta.

—Claro. Por supuesto.

Yeonjun sonrió y le indicó cuánto quería en lo que el contrario le señaló.

—Siéntate por ahí o revisa más en lo que preparo tu tela. —habló animado el señor mientras preparando su pedido entonces asintió recorriendo con la mirada el lugar.

Fiel Creyente - YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora