ay ay ay

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Gingerbrave es un pendejo, todo el rancho lo sabe y quien quiera que trate defenderlo también será tachado de pendejo y el apestado del pueblo hasta que algún pendejo mas se le ocurra estar de su lado.

En su pueblito, siempre le avientan las tareas más pendejas con tal de entretenerlo con algo.
Y siempre arruina esa simple tarea de las formas más pendejas posibles.

- Gingerbrave, neta vas a contar las hojas de los tamales para la candelaria? – Pregunto consternada Gingerbright, viendo como gingerbrave sumergía los dedos en el agua caliente de las hojas mientras ella amasaba la masa de los mencionados tamales.

- Si no como vamos a saber cuantos tamales vamos a poder hacer? Ay, gingerbright, pensé que eras inteligente – Contesto de lo más arrogante – Aja, haz lo que quieras lambeculo, cundo te entre chile piquín en los calzones no me pidas ayuda – Sentencio, y las brujas se harían cargo de cumplir sus plegarias.

Quedo como una conversación sin mas y gingerbright continuo con su trabajo mientras su hermano continuaba haciéndose pendejo. El resto del día cada galleta del pueblo continuo dándole tareas totalmente inútiles con tal que no estorbara, tales como limpiar las cubetas, revisar que todas las gallinas estén en su lugar, pulir los sillones y calificar la ropa que llevarían los niños a el festejo de la candelaria.
Que bonitas las calcetas del rayo makuin que se llevaba pancake, pero eso no es el tema de este fic.

En algun punto cerca de la madrugada, cuando ya casi todo estaba preparado, todos se quedaron sin ideas de que mandar a hacer a gingerbrave, dejándolo sentado en un sofá con la sola instrucción de no hacer nada.

La va a cagar? Descubranlo pronto, muy pronto

ME PICAN LAS BOLAINAS (Cookie run)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora