Capítulo 1

158 17 8
                                    


Luo Binghe apresuro sus pasos por la cueva oscura, Xin Mo aun vibrando en su mano tras su primer intento de abrir una brecha y escapar de ese maldito infierno, la realidad desgarrándose frente a sus ojos cansados.

Con el pasar de los segundos el pecho del medio demonio seguía alzándose bruscamente por la respiración agitada por la esperanza, y aunque no quería abrazar falsas ilusiones, el aire limpio que salía de la brecha le indicaba algo con claridad: cruzando eso podría encontrar al fin su libertad, a donde quiera que le llevara, seria lejos de abismo sin fin y más cerca de su venganza; con eso en mente como un consuelo, avanzó.


El aire puro que le recibió al otro lado se sintió como gloria, absoluta gloria, la luz del sol parecía acariciar con suavidad su piel cansada, y casi como si fuera una escena de los poemas que le hacían recitar en esa secta ingrata, los pájaros cantaban y el viento le acariciaba con suavidad el cabello enmarañado.

Sus pasos tartamudearon un poco, y suspiro antes de dejarse caer en el césped blando y aun lleno de roció, un par de lágrimas de alivio escaparon de los ojos rojos, su qi concentrándose en tapar el sigilo de su frente antes de relajarse y descansar.

Dejo pasar unos minutos, regocijándose en su alivio antes de levantarse, sabía que tenía mucho por hacer: una venganza que ejecutar, una secta a la cual diezmar y un maldito al cual humillar hasta que suplicara piedad; o al menos, ese era el plan hasta que escucho una voz terriblemente familiar, incluso juraría que era su propia voz...

Un poco de incomodidad se acento en su estómago antes de levantarse, sus pasos lentos y trabajosos a medida que se acercaba a una sencilla cabaña, donde vio a alguien horriblemente parecido a si mismo siendo acunado por... ¡su shizun!

—Solo dilo una vez más— pidió quien se parecía a él, y su estómago se revolvió al escucharse a sí mismo con un tono tan... vergonzoso, o al menos sintió incomodidad hasta que escucho la respuesta.

—Esposo... ¡y basta!, no lo diré más

Y esa era la voz de su maestro, estaba seguro, a pesar de que sonaba dulce y tranquila, reconocería su voz en cualquier lugar.
Su cerebro se quedó en blanco antes de enviar al infierno todas sus líneas de acción previas, sus piernas moviéndose con una velocidad alarmante para a acercarse a esos dos, su gran plan y estrategia siendo olvidados momentáneamente, perdido en como las manos delgadas se hundían entre los risos, en como ese demonio disfrazado de humano parecía ver tan gentilmente a su igual, y casi tropieza cuando los dos pares de ojos se enfocaran en él.

—No de nuevo...— dijo su maestro antes de ponerse de pie e invocar a Xiu Ya mientras que quien se parecía a él tenía la espada que había usado durante su tiempo como discípulo, pero eso debería ser imposible, la espada estaba rota y shizun no era amable, era malvado, él...

—¿Shizun?— logró preguntar con tono entrecortado, sin entender del todo porque seguía acercándose como un idiota a esos dos, cuando ellos solo le apuntaban con la espada mientras se acercaba más el uno al otro — Tu... tu eres mi maestro— las palabras salieron como una extraña mezcla entre una afirmación convencida y una pregunta ahogada, aunque sabía que debía ser él, no olvidaría ese maldito rostro en toda su vida, pero al mismo tiempo se veían tan diferentes...

— ¡Es mi esposo!, no es tu maestro— gruñó la otra versión de sí mismo, y ahora que estaba más cerca podía ver que este "otro yo" era un poco más alto y ancho de hombros, pero seguían siendo parecidos... Luo Binghe decidió ignorarlo, los ojos que reflejaban una mezcla de rencor, ira y esperanza se clavaron en los ojos verdes... pero menos verdes de lo que recordaba.

In every universe// BingJiuWhere stories live. Discover now