In every universe// BingJiu

Un pequeño gran problema

Luo Binghe empezó su campaña de conquista tan pronto llego de nuevo a su dimensión, Xin Mo vibrando de emoción a medida que las diversas guerras se iban ganando y la sangre teñía el suelo que pisaban, su reinado expandiéndose cada vez más; pero, a pesar de la emoción que le brindaba la lucha, no sentía genuinos deseos de añadir más mujeres a su historial; si, había sido divertido, pero contaba con suficientes batallas para saciar el hambre de Xin Mo y aun no decidía que haría con Shen Qingqiu, quería darse un tiempo para pensar.

Aun si no era Shen Qingqiu, como en ese otro universo, la idea de una sola pareja que lo adorara tan incondicionalmente sonaba mejor que su plan original de un gran harem, quizás Ning Yingying o esa chica demonio de la invasión, pero sería solo una persona, quería una persona que monopolizar, un alma gemela...

Tan pronto como Mobei Jun se estableció como uno de sus generales, empezó a pedirle que solicitara a su espía informes sobre el estado de su maestro, que tal como imagino por lo que le habían contado en el otro mundo, se estaba marchitando en esa maldita secta, a un ritmo tal que ni siquiera parecía que podría disfrutar de vengarse...

Con un poco de paciencia y sus recién adquiridas habilidades de actuación estableció una buena base en el palacio Huan Hua, a pesar de que en la otra dimensión Luo Binghe le habían dicho todo lo que ese anciano hizo, estaba convencido de que no era motivo para alejarse, si no para acercarse con más furia, tomaría todo su legado y lo despedazaría frente a ese maldito viejo.

Fue justo toda esa nueva información del otro mundo la que lo llevo a rescatar a su padre de debajo de la montaña, y tras un tedioso ritual pudo al fin ver el rostro cansado que aun daba la impresión del hombre indomable que alguna vez fue según las historias. El llevarlo junto con su primo a su palacio fue un esfuerzo encomiable, así como la cantidad de curanderos demoníacos que reunió para salvarlos a ambos; fue un proceso largo, casi tanto como explicarle al hombre lo que había sucedido, lo que Su Xiyan había sacrificado por ambos y como la mujer lo busco desesperadamente para que los tres vivieran juntos, pero termino muriendo antes de encontrarlo, siendo la noticia de la muerte de su amado el ultimo tormento que tuvo antes de también morir, ver la expresión triste de su padre al saber que no había sido traicionado, que su madre murió amándolos a ambos, le provoco un sentimiento agridulce, y al final termino aclarando que aun si no deseaba una relación de familia con él, debían unirse para vengar a su madre.

Al final, Luo Binghe quería tener más aliados en esta vida... quería un padre, y Tailang-Jun pareció encantado con la idea de vengarse del palacio tan pronto se enteró de todo, y aunque los años perdidos por la distancia jamás podrían recuperarse, la ilusión de ver la prueba de su amor con Su Xiyan era suficiente motivo para que amara a su hijo también, a su manera al menos...

Era un amor extraño, de hecho, el hombre era expresivo más allá de lo ridículo, pasaba sus tardes leyendo novelas amarillas que posiblemente ocasionaría una desviación de qi a su antiguo maestro, y en las cenas, cuando dejaba de molestarlo sobre cuanto Su Xiyan lo habría puesto en cintura, su tono de voz cambiaba oscuramente al hablar de cómo vengarse.

Luo Binghe lo vio con detenimiento, y su corazón dolió al pensar lo diferente que podía haber sido su vida si ese maldito viejo arrugado no se hubiera obsesionado con su madre.

Al final, más que cualquier cosa, su padre resulto ser un aliado formidable en la batalla tan pronto como su cuerpo fue restituido, un guerrero impresionante a pesar de su carácter generalmente pacifico, y sumamente bueno en la negociación cuando intentaba formar alianzas.

Con el paso de los años y las batallas; las risas y el llanto; su corazón más tranquilo y su reino casi consolidado, se decidió por fin a hacer lo que anhelaba desde que regreso de ese otro mundo: ir a la secta donde vivió ese primer infierno.