Capitulo 1 🔥

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Me despertó el horrible sonido de la alarma, que indicaba que ya era un nuevo día. Me levanté a regañadientes y me arrastré media dormida hasta al baño. Una vez allí me duché, dejando que el agua de la lucha me despertará completamente.

Una vez ya completamente despierta y duchada, salí del baño envuelta en mi toalla hasta mi closet, de donde saqué mi uniforme escolar, el cual consistía en una camisa negra de manga larga, una corbata a cuadros en rojo y negro, y una falda con un el mismo patrón de la bufanda. Después saqué unas medias blancas y unas botas de tacón negro.

Luego me dirigí al tocador y me senté frente al espejo admirando mi reflejo. Mi cabello color caoba caía de forma alborotada y ondulada por el contorno de mi rostro. Mis ojos me miraban con esos colores confusos, eran de una extraña combinación entre verde jade y verde oliva, y un aro de color azul los rodeaba dándoles un aspecto extraño. Tenía pequeñas pecas desde una mejilla hasta la otra dándome un aspecto adorable e inocente que no coincidían para nada con mi personalidad. Definitivamente no era una de las más lindas...

Luchando contra mi autocrítica, decidí peinarme el cabello y rizarlo un poco para darle un aspecto más ondulado. No solía maquillarme pero ese día decidí aplicar la máscara para pestañas, un poco de rímel y brillo en los labios. Luego recogí todo lo que iba a usar hoy en mi maleta y bajé a desayunar.

El comedor, era bastante simple, estaba conectado a la cocina, y solo poseía una mesa redonda con 4 sillas. Era pequeño, pero eso no era problema, después de todo, solo éramos mi madre y yo.

Al entrar lo primero que sentí fue el dulce aroma de los deliciosos panqueques que hacía mamá, y después la vi a ella, de espaldas, preparando el desayuno con su corto cabello caoba recogido en un pequeño moño sobre su cabeza.

Yo era la viva imagen de mi madre, ambas teníamos el cabello caoba y ondulado, las pecas desde una mejilla hasta la otra, y muchas de los rasgos faciales. Lo único que me diferenciaba de ella era el color de los ojos, los suyos eran de un suave tono verde bosque. Nosotras teníamos una estrecha relación, porque mi padre la abandonó cuando descubrió que ella estaba embarazada, por lo que siempre hemos sido yo y ella, de hecho tengo su apellido.

-Buenos días, mi niña- dijo con su dulce voz cuando notó mi presencia, dirigiendo su mirada hacia mi.
-Buenos días mamá.
-Aquí tienes tu desayuno- dijo colocando un plato con panqueques al frente de una de las sillas de la mesa del mini comedor.
-Gracias madre- dije mientras me sentaba y dejaba mi maleta en una de las sillas. -Delicioso como siempre- la alague después de probar el desayuno.

Mamá cocinaba excelente, era muy buen preparando cualquier tipo de comida. Me encantaba su comida. Mientras pensaba en lo rico q ella cocinaba, iba deborando mi rico desayuno mientras tenía una cálida y amena conversación mañanera con mi madre, para después tomarme un café con leche calentito.

Una vez estuve desayunada y lista, me dirigí hasta la salida no sin antes despedirme de mi amada madre.

-Mucha suerte hija, espero que te vaya bien hoy.- dijo dándome un cálido abrazo de despedida.
-Muchas gracias madre. Hasta por la tarde.
-Hasta por la tarde hija. Cuídate y ten cuidado.
-Adios. - dije separándome del abrazo y dándole un beso de despedida en la mejilla.

Luego me dirigí tranquilamente caminando hacia la casa de Bela, una compañera de clases que me acompañaba cada mañana, para luego ir juntas a la escuela. Cuando llegué a su casa ella ya me estaba esperando.

Bela, era una guapa morena de rizos castaño oscuro, con una mirada oscura y profunda. Poseía unos pómulos ligeramente salientes, una piel brillante, ojos ligeramente grandes, una nariz recta, labios carnosos y de un ligero tono rosado. Sus cejas eran largas y finas. Su cabello rizado caía de alborotada por su cara, solo que ella le quedaba muy bien. Ella también era ese tipo de morenas de buen cuerpo a las que le quedaban bien, cualquier cosa, incluso se veía linda con el uniforme escolar.

El juego que inicio todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora