capítulo 2

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"Vamos al baño", dijo Celeven quién quería investigar.

La propuesta de Celeven resonó en la mente de Hatsume, quien asintió con cautela, consciente de la necesidad de discreción en sus acciones.

"Vamos, pero con cuidado, sin que nos vean", susurró Hatsume con un tono precavido mientras se encaminaban hacia el lugar indicado.

En las cercanías del baño, el dúo se detuvo, asegurándose de que la costa estuviera despejada. La memoria de Hatsume parecía señalarles un detalle intrigante: una ventana en el baño que tal vez les permitiera ingresar sin ser detectadas.

"Recuerdo que en el baño hay una ventana, aunque no sé por dónde da. Podríamos intentar entrar y ver qué hay adentro", propuso Hatsume, con un dejo de curiosidad y expectativa.

Celeven, compartiendo su entusiasmo, añadió: "¡Sí! Podríamos investigar si hay algo extraño en ese lugar que dicen que está sellado".

Juntas, se dirigieron adentro del baño con la intención de explorar la posibilidad de acceder a través de esa ventana. Al llegar, se encontraron con "la escena": el cuerpo de Ryuno seguía allí, una visión que sorprendió a Celeven y causó un estremecimiento a las dos.

"Mira, ahí está la ventana. Ayúdame a entrar", solicitó Hatsume, enfocada en la tarea que tenían por delante.

Con esfuerzo conjunto, lograron abrir la ventana sin hacer ruido, permitiéndoles deslizarse hacia el interior sin atraer la atención de nadie. Hatsume aseguró la ventana tras su ingreso para no dejar rastro de su incursión.

"Está demasiado oscuro. Voy a encender la luz de mi celular", anunció Hatsume, iluminando el espacio.

La luz reveló detalles inquietantes: fragmentos de espejo manchados con sangre, un hallazgo desconcertante que capturó la atención de Celeven.

"Mira, ¡hay pedazos de espejo con sangre!", exclamó Celeven, señalando el macabro descubrimiento.

Sin embargo, el foco de Hatsume se desvió hacia unos libros que reposaban en el lugar.

"Hay unos libros aquí", informó Hatsume, intrigada. Tomó uno de los tomos y, al abrirlo, descubrió que era un anuario escolar, un hallazgo que podía esconder pistas valiosas sobre el pasado del lugar.

Hatsume tomo el anuario.El anuario  revelaba secretos enterrados en el tiempo, una ventana al pasado que intrigaba a ambas jóvenes.

El anuario  revelaba secretos enterrados en el tiempo, una ventana al pasado que intrigaba a ambas jóvenes

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"Anuario 1976", murmuró Hatsume, con voz cargada de asombro, leyendo las letras grabadas en la portada.

Celeven, ansiosa por conocer más detalles, preguntó: "¿Qué aparece ahí?"

"Aparecen las fotos de todos los alumnos y sus nombres de ese año...", explicó Hatsume mientras hojeaba las páginas con delicadeza.

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⏰ Última actualización: Apr 04 ⏰

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Sainan ga hajimaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora