Capitulo 7

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Una vez que llegó el día decisivo, Anya no se encontraba por los alrededores de su casa, y por consiguiente, dicha ausencia fue notado primeramente por Yor, y luego por Loid, pues Anya ya debería haber regresado de la academia, pero aun no llegaba. Entonces, ella estaba haciendo el aseo de la casa y se encontró con una carta que tenía un destinatario. Era para ellos.

Yor, quien vestía un simple vestido café en degradé, se exaltó por lo que leía en la carta.

—¿Loid? —dijo Yor preocupada —Anya dejó una carta. Huyó

—¿¡Qué?! —dijo el espía, quien vestía sus típicas ropas, y leía el periódico.

—Sí, mira lee esto.

"Queridos padres,

Tuve que irme lejos, muy lejos porque yo necesitaba huir, de lo contrario, ellos los hubiesen matado. Me alegra saber que con mi huida estarán a salvo, sin embargo, quiero que sepan que siempre tendrán un lugar en mi corazón, y que mi encuentro con ustedes me hizo la hija más feliz del mundo,

con amor, Anya"

Acto seguido, los esposos fueron a la policía en busca de ayuda, mientras que Loid buscaba ayuda en sus redes de espionaje, para que así pudieran dar con el paradero de Anya.

En las afueras del parque principal de la ciudad, Anya caminaba cabizbaja por ahí, y a su vez observó como las nubes grises se iban acumulando en el cielo, lo más probable es que llovería. Ella usaba el uniforme de la academia. Detuvo su andar, porque se iba acercando a ella la persona con la cual se iba a encontrar. Era nada más y nada menos que Damian. Su novio.

Anya lo vio y sus ojos se cristalizaron enseguida. El chico, se acercó a ella con bastantes interrogantes, es decir, ella prácticamente había huido al terminar las clases, por lo mismo, él la siguió, sin imaginar que eso era lo último que quería la chica que él hiciese.

—¿Anya? —dijo Damian preocupado, pues su queridísima novia no lucía como siempre.

—Te-tenemos que hablar —dijo Anya lanzado un suspiro antes de pronunciar dichas palabras.

La lluvia no tuvo piedad y cayó sobre ellos, al principio eran chispitas, pero luego comenzó a llover fuerte.

—¿Qué?, ¿qué pasa Anya? —Damian la tomó de los hombros. En definitiva, ese tono de voz, y la forma en como su mirada rehuía la suya, le causaba una mala sensación.

—Damian tu sabes que eres un gran chico, y que me hiciste muy feliz durante todos estos años —Anya hizo una pausa y sacó las manos de él de sus hombros —. Pero debemos terminar—Anya lo miró a sus ojos de forma decidida, sus lágrimas eran camufladas por la lluvia.

—¿por qué? —Damian la agarró suavemente de la muñeca cuando ella intentaba apartarse de él— tú sabes que te amo demasiado, Anya. No podría vivir sin ti—. El chico no podía contener sus lágrimas, el pesar era tan grande que debía llorar.

—Lo sé, pero prefiero que estés a salvo, Damian —dijo Anya ignorando la pregunta de su exnovio.

Anya comenzaba a alejarse de él cuando de la nada, Damian aun en shock y atónito le gritó:

—Un beso, si vas a terminar conmigo dame un último beso.

Anya detuvo sus pasos y se dio la vuelta. Se acercó a Damian con tristeza en sus ojos, y lo besó de la forma más melancólica que una persona podía besar a otra, por lo cual, este beso sabía a dolor y a agonía por parte de la chica, mientras que para Damian sabía a desesperación y a tristeza, el había tomado con sus manos el cuello de la chica. Una vez que se separaron, Anya evitó la mirada de él, Damian la abrazó y le susurró en su oído:

"Siempre, siempre te amaré"

Anya lloró más por las palabras recientemente dichas por su único y gran amor de toda la vida. Se liberó de su agarre y salió corriendo hacia el lugar acordado por los científicos. Estaba devastada, el dolor la perseguiría por el resto de su vida, pero ¿qué más podía hacer? Era escoger entre la vida de sus seres queridos o su felicidad, y ella egoísta no era para nada, por lo cual, ni siquiera dudó en elegir alguna de esas opciones.

Una vez que llegó, entró con mucho miedo al recinto. Este lucía como un hospital como cualquier otro, sólo que era más antiguo que los demás que eran modernos.

—¡vaya, vaya, vaya! ¡Qué bueno que preferiste entregarte! —dijo uno de los científicos que usaban batas blancas.

Así, los otros científicos la tomaron de los brazos y la llevaron a la sala de ejecución. La hicieron sentarse en una silla, la ataron con una soga y le pusieron una banda en la boca con el fin de que no pudiese hablar.

—Como verás, un experimento como tú no puede, simplemente no puede existir en este mundo. No eres más que una falla y como tal, debes ser exterminada.

Anya estaba temblando de miedo, jamás hablaron de eso. Jamás le dijeron que iban a matarla. Pero no podía hacer nada más, no claro que no. Ya estaba allí, amordazada y atada de manos. Sólo quedaba esperar su cruel destino, sí. Eso era lo que debía hacer. Obviamente, Damian no iba a ir tras ella ni sus padres, por lo mismo sólo quedaba la resignación.

O eso pensaba ella, y no fue hasta que tanto ella como los científicos escucharon unos ruidos y Anya no pudo evitar sorprenderse abriendo bien sus ojitos verdes por ver lo que estaba pasando.

Dos Corazones Unidos Hasta El Final (Anya Forger X Damian Desmond) *Terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora