COOL KIDS NEVER DIE

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Me vuelvo a despertar con el maldito sonido del despertador. Son las seis y media de la mañana, y lunes, ¿algo peor?

Vuelvo a repasar lo que he hecho este fin de semana, y bueno todo se resume en leer, ver varias series americanas por internet, y estar todo el día solo en casa.

Cojo la primera sudadera que veo en el armario, me pongo mi viejo pero muy cómodo pantalón de chándal negro y me pongo las Converse blancas ya desgastadas del uso. Después de coger la mochila salgo de casa, conecto los auriculares a mi iPod, y me pongo "cool kids" de Echosmith a todo volumen.

Mi nombre es Andy, tengo 17 años, y bueno esa es mi vida, pero si me pongo a profundizar, también os contaré que soy de un pequeño pueblo al norte de España, de un pueblo invisible por así decirlo, y se me podría considerar como un chico friki por mi aficción a los libros, a la música, y por infinidad de cosas más.

Soy de esas personas que no tiene infinidad de amigos, es más, podría contar perfectamente los que tengo con los dedos de una mano, me cuesta relacionarme, a la vez que la gente intenta no hacerlo conmigo, por mis gustos.

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Solo me queda una hora para salir de este infierno y volver a casa, me gusta estar solo, pensar en cosas que me gustaría que pasará en mi vida, escuchar música hasta acabar dormido, pero a veces también me gustaría pasar tiempo con alguien que me comprenda, que sea como yo, que tenga mis mismos gustos, pero está demostrado que eso aquí es imposible.

Cuando llego a casa no hay nadie, como de costumbre, me preparo lo primero que veo para comer, dejo el plato en el lavavajillas y empiezo a hacer las cosas de clase pronto para tener el resto de la tarde libre.

Escucho la puerta y mi madre saluda a voces:
- ¡Hola! - exclama mi madre desde la entrada de mi casa.
- Hola mamá - le digo a la vez que cierro mi libro.
- ¿Qué tal el día?
- Bien - le digo mirándome las manos entrelazadas.
- Como siempre - dice con un toque sarcástico y con humor a la vez.

No tengo nada en contra de mi madre, ni de mi padre, es más, pienso que son las mejores personas en darme consejos, pero nunca he tenido confianza con ellos, ni con nadie en general.

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Desde hace unas semanas mi padre y mi madre esperan para darme una sorpresa, no me imagino lo que será, pero tampoco me intriga mucho saberlo.