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No sé que hago, pero aquí vamos.
La diosa Rea está cansada de aguantar, las discusiones de sus hijos, nietos y todo los del olimpo.
Por lo que decide buscar un terapeuta y quien mejor que su ahijada. Eimy De Óleo.
La mejor terapeuta del siglo.
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Rea
La madre de los dioses estaba cansada de tantas peleas y desaires en el palacio, Así que tomó la riendas con la matriarca que era y todos sus hijos y nietos está sentados mirándola.
Zeus estaba mirando a su madre sin comprender muy bien todos estos, Poseidón estaba coqueteando con su esposa, Hades estaba tranquilo en una esquina, acariciando a cerbero en un tamaño normal. Hera estaba recostada en una nube. Hestia estaba hablando con su sobrino hermes y Demeter hablaba con su hija. Los demás estaba hablando y bromeando entre ellos y uno que otro tratando de empezar una riña.
— Silencio — todo el mundo se calló, ante la petición de la diosa — Estamos todos aquí porque estoy cansada de sus riñas y estupideces, soy su madre y abuela además que una diosa, a partir de hoy recibirán terapia, durante 5 años, he buscando a una de las mejores terapeutas del siglo 21, Estará aquí, en dos horas.
— Hermes, tu la guiara y le enseñarás el lugar — El rubio de rizos, asintió a su abuela, sin querer molestar aunque no estaba muy contento. — Haré una lista con los horarios de cada uno de ustedes, ya sea hijo, nieto o sobrino ira con la señorita.
— Madre esto no es necesario, es una estupidez — Hera, como siempre reacia a cualquier cosa.
— No me hables, de esa manera Hera, sigo siendo su madre y tengo mucho más poder entre todos ustedes, ahora no quiero, que nadie moleste a la chica, si me entero de que alguno de ustedes se mete con ella, yo misma lo acabaré con esa persona.
Todos asintieron con temor, ante la mirada de la mujer.
— Por que esa chica, están importante madre — Hades pregunta.
— Eso no necesitan saberlo, ella sabe quienes son, y esta aquí solo por su trabajo, entendido. Su nombre es Eimy Otañez.
Todos asintieron en silencio.
Dos horas después
En la entrada al olimpo.
Una hermosa joven, se encontraba en la entrada del olimpo, la puerta se abrio dejando salir un brillo que segó a la chica por unos segundos.
Esta pasó la puerta, sabía que podría pasar, según la señora Rea, tenía sangre de un Dios en su cuerpo.
Para su sorpresa había un hombre apuesto esperándola en la entrada, era un joven dos cabezas más alto que ella, tenía el pelo rubio rizado, ojos azules estaba vestido con un traje bastante revelador como era la antigua Grecia.
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