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Los suaves rayos del sol acariciaron delicadamente su rostro, invitándolo a despertar de su profundo sueño. Al abrir lentamente los ojos, sus pupilas se encontraron con una intensa luz que inicialmente lo deslumbró, pero rápidamente se adaptaron a ella. Un bostezo escapó de sus labios, llenando la habitación con un sonido tranquilo y sereno. Con movimientos suaves y pausados, se incorporó, sintiendo cómo la energía y la vitalidad fluían por su cuerpo nuevamente.

En eso se escucha la puerta ser tocada haciendo que se girara no tardando en aparecer una cabellera negra.

—Buenas tardes señorito—entro el enfermero con una sonrisa en par en par.

—Hola Jin—saludo devolviendole la sonrisa.

—¿Cómo te sientes?—preguntó revisando el suero de la ultravenenosa la cual ya se habia acabado.

—Me siento mejor—vio como el enfermero le quitaba la ultravenenosa con cuidado aun asi no pudo evitar serrar los ojos.

—Me alegra que todo haya salido perfecto—tomo su brazo y le coloco un algodón para después pegarlo con una cinta.

—Lo siento por ti que tendrás que seguir soportandome—dijo Taehyung divertidamente.

Seokjin se rió a carcajadas, contagiando al menor con su risa contagiosa. Era tan chistosa que se escuchaba cómo un limpiaparabrisas en acción. Sus risas llenaron el ambiente.

De apoco las risas sesaron y se quedaron viendo con cariño mutuo.

—Eres mi paciente favorito y no solo eso eres como mi familia así que no es pesado cuidarte—Taehyung sonrio más al escuchar esas palabras.

—A mi me alegra que me haya tocado un enfermero como tu—le regreso el cumplido.

—Uno con un rostro guapo tallado de los mismo dioses—se autoalago colocando su mano en su mejilla y moviendo las pestañas—No todos tienen ese privilegio sabes.

—Si que tengo suerte—ambos volvieron a reir.

—Les avisare a tus padres que ya has despertado—dijo cuando termino de reirse acomodando la mini maquinita—Nos vemos luego.

—Adiós Jin—vio como el enfermero salia hasta cerrar las puertas.

Agarró su celular y lo encendió, suspirando al no ver ninguna notificación de un mensaje o llamada del pelinegro. Su mirada se dirigió hacia el escritorio, donde llamaba su atención una caja con un lazo. Frunció el ceño y con mucho cuidado se levantó de la cama y caminó hacia ella.

La idea de que su mamá pudiera haberla traído apareció en su mente, pero la descartó de inmediato al recordar que cuando lo operan, su mamá se pone muy mal y no puede pensar en cosas como regalos.

Sin más, abrió la caja y, al hacerlo, se desplegó en cuatro partes, las cuales revelaban una colección de dibujos de las caricaturas de Jungkook. En el centro, había unas flores hechas de papel color cafeces y verdes.

Una sonrisa radiante iluminó su rostro, mientras sentía raro su estómago y sus mejillas se ruborizaron, como pétalos de rosa, ante la intensa emoción que lo embargaba.

Agarró su celular y le mandó un mensaje al azabache, sin poder borrar la enorme sonrisa en su rostro.

Hola, ya desperté
nos vemos hoy a las 9:30pm en el pasillo principal del hospital.

Se envió el mensaje percatandose de unos audios mandados por él mismo. Al revisar dichos audios de la mañana, una sensación de vergüenza invadió su ser. Con el ceño fruncido, escuchó cada mensaje, sintiendo cómo sus mejillas ardían con cada palabra pronunciada.

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⏰ Última actualización: Aug 02 ⏰

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𝑻𝒘𝒐 𝒎𝒆𝒕𝒆𝒓𝒔 𝒇𝒓𝒐𝒎 𝒚𝒐𝒖 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora