Santa Biblia Reina Valera 1960 - 1 Crónicas 19
4 Entonces Hanún tomó los siervos de David y los rapó, y les cortó los vestidos por la mitad, hasta las nalgas, y los despachó.
5 Se fueron luego, y cuando llegó a David la noticia sobre aquellos varones, él envió a recibirlos, porque estaban muy afrentados. El rey mandó que les dijeran: Estaos en Jericó hasta que os crezca la barba, y entonces volveréis.Después de haber terminado de hacer mi pequeña broma, me desvestí y me puse mi babydoll para dormir cómoda.
Me acosté de lado con la lámpara prendida, mirando hacia donde estaba Fabricio el cual dormía tranquilamente sin saber la tormenta que le espera mañana.
Por un momento siento un poco de arrepentimiento, pero luego recuerdo todas las cosas que me hizo y se me pasa.
Poco a poco me comienzo a quedar dormida en medio del silencio de la noche, gracias a Dios Fabricio no ronca, así que no tuve inconveniente de que él durmiera en el sofá aguantando frío y con el cuello torcido, mientras yo estoy súper cómoda en la cama.
Mi sueño es bastante grato, hasta que de pronto la puerta de la habitación se comienza a abrir lentamente.
El miedo se comienza a apoderar de mi, mi respiración se vuelve un caos y el corazón parece que se me va a salir.
Miro hacia la puerta y aquel rostro que tanto odio aparece por ella.
Es ese viejo que se aprovechó de mi, que me quito lo más preciado que tenía.
Mi primera vez.
Volteo a ver a Fabricio pero este ya no está en el sofá.
Es más ni siquiera el sofá está.
Tampoco hay paredes, mucho menos una cama.
Nuevamente estoy en ese horrible callejón, en dónde me marcaron para siempre, en dónde arruinaron mi vida.
Me veo a mi misma y soy simplemente una niña de 16 años, sin experiencia alguna, que es inocente y no sabe defenderse por si sola.
Miro al frente y ahí está ese viejo asqueroso, lamiéndose sus labios, mirandome con morbosidad.
No espera más y se avalanza sobre mi.
Yo comienzo a gritar tratando de quitarlo de encima mío.
Abro mis ojos y quedó sentada en la cama con mi frente sudada, después de tan horrible pesadilla.
Siempre es lo mismo, siempre se repite.
Me abrazo a mi misma y comienzo a llorar en silencio para no despertar a nadie, mientras me lamento de mi triste condición.
«¿Es que acaso nunca voy a poder dormir como una persona normal?».
Tomo mi teléfono y me encierro en el baño, hago lo que Mibsan me dijo que hiciera.
Llamo a Jak.
El teléfono comienza a timbrar, miro la hora y es bastante tarde.
Posiblemente no conteste por lo tarde que es, o porque ya está dormido, aún así seguiré llamando.
Quizás contesté.
A la segunda timbrada contesto.
—dime —habla.
Su voz trasmite calma y seguridad.
Suspiro y sorbo por la nariz.
—¿Que pasa Linda? —me pregunta con voz amable.
—no...no... —titubeo mientras que vuelvo a llorar —no puedo dormir —me suelto en llanto, trato de que no me escuchen —siempre es lo mismo, siempre es ese mismo y horroroso sueño o mejor dicho pesadilla.