Do we talk?

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Tras respirar un par de veces se preparó para llevar a cabo su misión. Debía ser fuerte, firme, sacar una confianza que estaba muy lejana a el
Abrió la puerta golpeándola con fuerza contra la pared. Detuvo el impulso de alarmarse y pedir disculpas para salir corriendo, giró sobre sus talones y volvió a cerrar avansando
hacia el pelinegro, tomándose una libertad que éste no le había otorgado.
-Buenos días heichou-sonrió sonrojado, tomándo asiento
-, ¿Cómo se encuentra?
Levi ni siquiera había alzado el rostro.
-¿Desea hablar de algo?
apenas notó su presencia y cuando sus orbes azules se centraron en el intentándo recordar de dónde lo había visto. Ah. Recordó que el era el mocosos de mierda esperanza de la humanidad. Notó cómo le expresaba una mueca dudosa, después de eso el volvió a hablar.
-¿Por qué no saca un tema? -tartamudeó nervioso bajo la fiereza de esos ojos.
-¿Cómo qué? -preguntó entre sarcástico y curioso, afilando su mirada.
-No lo sé.
Eren se sentía demasiado cohibido como para pensar en esos momentos.
-¿No te han dicho que no soy bueno con -pensó la respuesta unos segundos más-
... las palabras?
-Algo así -respondió nervioso, bajándo la mirada. El pelinegro hizo una mueca.
-¿Por qué supones que podríamos tener una conversación?
Eren buscó con cuidado sus palabras y después de unos segundos respondió.
-Tecnicamente ya lo estámos haciendo ¿No?
Él bufó.
-¿No tienes otra cosa que hacer? -preguntó cortante.
-Realmente no.
-¿Tienes algún impedimento mental que no te permita comprender que tu compañía me es desagradable?
Jaeger sintió temor ante sus rudas palabras. Pero ésa era una misión, no podía fallar y no quería rendirse ante aquél hombre.
-No, realmente no creo tener algún problema mental -respondió firme para luego sonreirle con dulzura.
Levi frunció más el ceño, notándo que el tarmudeo había desaparecido. Eren volvió a sentirse cohibido ante esos ojos, buscó desesperado algo que decir y soltó lo primero que
se le vino a la mente.
-Extraño a mikasa e armin
Se regañó mentalmente.
-¿Crees que me importa? -la respuesta fue demasiado veloz para procesarla con facilidad.
-Realmente no -miró al suelo- pero hay que buscar un tema para tener una conversación.
-No tengo interés en mantener una.
Sintió como su escasa pasiencia se evaporecía más rápido de lo normal.
-Pero ya la tenemos -levi notó la dulzura en sus ojos.
Se imaginó tomándolo del cuello, ahorcándolo.
No respondió.
-Bien -hizo una pausa-, ¿qué suele hacer en su tiempo libre, heichou?
-ser heichou.
-Oh -aquello se le hizo gracioso-, ¿es difícil serlo?
-No.
Se dejó caer hacia atrás, apoyando su adolorida espalda en la silla, masajeándose las sienes.
-¿Está cansado?
-Tú me tienes cansado -gruñó.
-Debería descansar -el tartamudeo se vio pintado de preocupación.
-Excelente idea -hizo una mueca parecida a una sonrisa- sal de la oficina para que pueda descansar.
Eren parpadeó sorprendido, de inmediato recobró su sonrisa juntándo ambas manos frente a su rostro.
-¿Sabe una excelente manera de descansar?
-Déjame adivinar -dijo con sarcasmo.
-Manteniendo una amena conversación.
-Una roca desearía hablarte más que yo.
Eren aguantó su reproche y contestó con sarcasmo.
-No se compare con una roca, heichou.
El pelinegro se sintió interesado por un momento -realmente- fugaz ante su respuesta. De inmediato se sintió insultado.
-¿Cómo te llamas?
Averiguaría dónde vivía. Iría a su casa de noche y le sacaría las cuerdas vocales a ver si así tenían una "amena conversación"
-eren jaeger
Lo anotó mentalmente. Eren suspiró y levi lo ignoró. Si tenía mucha suerte el se sentiría ofendido y se iría.
-¿Qué hace heichou? -le tembló la voz, de nuevo.
Levi no respondió.
-¿heichou?
Ignoralo.
-... ¿levi?
Y lo volvió a ignorar.
-Bien -ladeó su rostro- hablemos de cómo afecta a la salud ignorar a las personas.
-Eso no es verdad.
-¡Habló! -aplaudió, sinceramente feliz.
Levi se maldijo mentalmente.
-Asumamos que te intento asesinar. Te irás ¿verdad? -sospechaba que no.
tembló. Pero sabía que él no sería capaz o si
-Contemplaría la idea -admitió- pero no me iría.
-¿Quién te paga para que hagas esto? -gruñó.
Recordó fugazmente a hanji, enderezó su espalda.
-Nadie, sólo deseo hablar con usted.
-Pero yo no.
-Lo noté -asintió, sonriente.
-¿Y no te piensas ir?
-No encuentro una razón para ello.
-¿No bastaría que te dijera lárgate?
-Sinceramente no, heichou.
Los ojos azulgrisesco viajaron hasta el cuello, esbozó una imperceptíble sonrisa al imaginarse ahorcándolo.
-Se ve más sensual sonriendo -soltó sin darse cuenta.
-¿Qué intentas adulándome? -él lo miró a los ojos.
-No lo hago.
Eren desvió la mirada, asustado.
-¿Nunca has permanecido callado?
-No, ó sí.
-yo..
-No ó si
-A veces.
-Eso no es un no ó un sí.
-Pues... -Levi lo miró de forma fija- normalmente sí
Eren volteó los ojos. El pelinegro sonrió triunfante, una mueca apenas notable. Eren admiró con regocijo esa sonrisa.
-¿Sabe heichou?
- ¿Sabe heichou? -Repitió. El parpadeó.
El pelinegro se regañó al comportarse tan infantil, pero en ése instante el permaneció en silencio.
-¿Eh?
-¿Eh? -eren frunció el ceño. ¿Qué buscaba el pelinegro?
-¿Se está burlando de mi?
-¿Se está burlando de mi?
Eren abrió sus labios sorprendido. ¡Realmente estaba jugando!
-¡Pare! -gruñó.
-¡Pare! -su tono sonó más burlesco con ése tinte frío.
Indignado se levantó y con un gruñido por lo bajo desapareció tras la puerta.
Sorprendido parpadeó. Qué fácil había sido, ¿cómo no se le ocurrió antes? Suspiró retomándo su trabajo, esbozándo -sin quererlo- una suave sonrisa.

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