Roto

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    Meses.
    Meses sin un mensaje.
    Meses sin una llamada. 

    Noches enteras preguntándome si estarás bien, si has dejado este mundo

    Intento dormir por las noches con el teléfono en la mano, esperando tu llamada. Esperando oír aunque sea su voz distorsionada. Lo último que recibí fue "No te preocupes, estoy en un lugar seguro".
   —Mentiroso —susurro, apretando con fuerza el móvil.
    Siempre hacía eso. Siempre intentaba calmarme con sus palabras. 

    Ese era Jake. El que me mantenía a salvo. 

    Es otra noche más en la que miro el móvil esperando una señal de vida. 

    Un leve sonido hace que el incorpore. Alguien llama de manera leve a la ventana que lleva al jardín. No me hace falta más.

    Deprisa, salgo al salón y abro la cortina. Ahogo un grito al ver el tono rojo de sus ropas. En su cara. Una sangre que casi no desentona por el color negro de su ropa.
    Sus ojos, cansados y perdidos buscan mi ayuda.
    Cuando abro la gran ventana, Jake se colapsa hacia mí, abrazándome. Puedo notar cómo tiembla en mis brazos.
   —Yo... No puedo más... —dice en una voz ronca— No he podido detenerlos, no... Es culpa mía... Es mi culpa...
    Le acaricio despacio el cabello, mientras que despacio nos sentamos en el suelo.  

    Nunca he visto a Jake así. Tan roto. Dejo que logre soltar todo lo que siente en su interior, todo el dolor y el sufrimiento que ha vivido todo este tiempo.
   —No lo es, Jake —le susurro con cariño—, no es tu culpa. No has hecho nada malo.
   —Yo... estoy tan cansado... no sé si podré continuar...
   —No digas eso —le abrazo con fuerza, dejando un beso en su frente. No me importa mancharme, solamente me importa él—. El mundo te necesita, Jake, aún tienes que abrir los ojos de la gente. Eres una gran persona.
    Jake me mira a los ojos, y logro ver cómo unas pequeñas lágrimas caen.
   —Eres la única que confía en mí cuando ahora mismo yo no lo hago...
   —Soy la única que te conoce de verdad.
    Asiente despacio, dándome un pequeño beso.
    Vuelve a esconder su cara en el hueco de mí cuello, abrazándome con fuerza.
   —Bienvenido a casa, Jake...
   —Gracias... Gracias por quererme...
   —Siempre te amaré, Jake, no importa el qué suceda, que siempre serás importante para mí.
    Y tras esas palabras, rompió a llorar más fuerte. 

    Sí Jake, siempre estaré para ti.

Duskwood Colecciones de Oneshots Volumen 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora