Llegamos al lugar en donde estaríamos con los chicos, baje del auto con Killian y caminamos a dónde ellos se encontraban, todos estaban sentados en una roca gigante, había una vista hermosa, fácilmente se podría ver todo Medellín o una gran parte de él al menos.
—¿En donde estamos? — Pregunté en cuanto estuvimos junto a los chicos.
—Bienvenida — dijo Laila, ofreciéndome una cerveza — Esto es, el cerro de las tres cruces, nuestro punto secreto, donde podemos hablar, fumar o tomarnos unas cervezas cuando no queremos ir a Discos o hacer desastres, en el caso de Killian y Jhonny, su punto favorito para venir a pensar y tomar decisiones.
—Es hermoso — Dije, caminando hacia el mirador para poder apreciar la hermosa vista.
—Eres afortunada Emma — comento Laila a un lado de mi, nos encontrábamos un poco alejadas de los chicos.
—¿Por?
—Killian ha hecho contigo muchas cosas que no hacía desde... — Hizo una pausa volteandose para ver a Killian — Él sabe desde cuándo — mencionó riendo — Por favor, espero que no le falles ni lo lastimes Emma, nunca lo había visto abrirse de esta manera con nadie, mucho menos para traer una chica a este lugar, siempre dijo que solo la persona indicada podría conocerlo, así que, bueno... Disculpa por presionarte con todo esto, mejor te dejo para que puedas disfrutar de la vista.
Me quedé un momento mirando a Killian y las palabras de Laila se repitieron una y otra vez en mi cabeza.
"Nunca lo había visto abrirse de esta manera"
"Solo la persona indicada"
"No lo lastimes"
Muchas cosas vinieron a mi mente, entre ellas mi relación pasada y como había terminado, en su momento había amado mucho a Mateo y pensé que él también lo había hecho, pero la relación terminó de la peor manera, había salido muy lastimada y lo menos que quería era lastimar a otra persona.
Killian me gustaba, de eso estaba segura, pero aún tenía muchas cosas por sanar, y posiblemente no estaba lista para una relación.
Las inseguridades y el miedo seguían presentes, y los recuerdos con Mateo me seguian atormentando todo el tiempo.
"—Me das asco Emma, estás loca, definitivamente eres igual de tóxica que tú familia, que triste de verdad —dijo con asco.
—No comiences con los insultos de nuevo, por favor — sentí el nudo en la garganta, iba a llorar y no quería hacerlo, no de nuevo— Nunca te he faltado el respeto de esa manera, no entiendo porque lo haces conmigo.
—¿Faltarte el respeto? Si lo hiciera te diría que eres una Puta barata, por si no te haz dado cuenta no lo hice, solo te he dicho la verdad, que me das asco, y que eres igual de tóxica que toda tú familia, nunca llegarás a nada comportandote de esa forma."
Me limpie con el dorso de la mano algunas lágrimas que me bajaban por la mejilla, no me había dado cuenta que estaba llorando.
El olor a nicotina y su perfume me golpeo la nariz, en cuanto me abrazo por la espalda.
—¿Por qué lloras? — pregunto, dándome la vuelta.
—Por nada, olvídalo.
—Emma vamos, cuéntame qué ha sucedido, te he demostrado que puedes confiar en mí, ¿O no? — dijo abrazándome con fuerza.
Peque mi cabeza a su pecho, intentando calmarme con los latidos de su corazón, no quería alejarlo, no quería que me viera con asco, como todo el mundo lo hizo cuando termine con Mateo.

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Love Yourself, Emma.
Teen Fiction@LoveYourself: Miles de cosas pueden sucedernos, pero lo importante es que acciones tomemos referente a ellas, para solucionarlas no basta solo con ignorar lo que sucede o encerrarnos en nuestra habitación y llorar desconsolados toda la noche -en oc...