Escritos random

Cuerpo Impropio

Estaba inquieta... No tenía ni la menor idea de porqué estaba así, caminaba de un lado a otro en su cuarto intentando buscar el orígen de su incomodidad. Sentía que no era ella, aunque podía sentir su corazón latir rápidamente y escuchar su respiración entrecortada, sentía que no estaba viva...

Lentamente se acercó al espejo, necesitaba asegurarse de que ese era su cuerpo, que solo estaba ella en ese lugar, aunque sentía mil ojos observándola al igual que una respiración pequeña pero presente justo en su nuca.Al ver su reflejo, su malestar aumentó. Todo se veía tan normal... Pasó sus dedos de forma delicada primero por su vientre y de a poco fue subiendo.

La respiración ajena fue en aumento, volviéndose más rápida y desesperada, al igual que su corazón, el cuál parecía que se le salía del pecho.Intentaba encontrar algo, una cicatriz, algún hematoma o síntoma de malestar y mientras iba subiendo intentando examinarse con sus pequeñas manos, ya no lo soporto algo estaba extremadamente mal.

La respiración ya no estaba en su nuca, ahora se encontraba en su oídos y paso de ser algo casi imperceptible como un susurro a gritos ahogados, desesperados por ser notados, por tener su atención.

Sin poder soportarlo más, llevo sus manos a sus oídos intentando acallar ese horripilante sonido, sin éxito alguno, desesperada, vio su reflejo nuevamente, se acercó al espejo y empezó a golpear frenéticamente su cabeza contra el una y otra y otra vez, dejando solo pequeños pedazos del gran espejo.

Tomando uno de los pedazos lo acercó a su rostro haciendo un profundo corte a la altura de su orejas, clavó sus uñas en este y empezó a tirar, en medio de gritos desgarradores fue quitando pedazos de su piel, sus manos goteando sangre por los cortes que hacía y fuerza que ejercía para arrancar se la piel que se suponía que era suya...

Después de varios minutos que parecieron horas y con el rostro totalmente irreconocible tomó uno de los pedazos de espejo que aún mostraban su reflejo, mirándose fijamente la inquietud desapareció.

"Al fin soy yo" pensó mientras la respiración ajena lentamente cesó.