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“Tan incompleto como el sol sin sus rayos… y la brisa sin su fragancia, es un norma sin su primer ministro” -pronunció su majestad, Kim Namjoon. Quien era la máxima autoridad de toda india; este se hallaba recostado en su trono al final de las escaleras superando en altura a todos los presentes, quienes se hallaban sentados de forma vertical en dos filas dejando el gran extenso camino del centro libre.

“La desaparición de nuestro Primer ministro, el Peshwa Balaji Vishwanath, nos deja con una urgente pregunta… ¿Quién de los de aquí presente se considera suficientemente digno como para ser el próximo Peshwa?” –cuestionó dándoles una mirada inquisitiva.

Todos divisaron el rostro del contrario, era un hecho que fueran una de las mejores fuerzas en la india. Pero, ¿llegar al nivel del Primer ministro? La incógnita mas presente en aquellos soldados…
Ninguno se atrevió a dar algún paso al frente, excepto por…

“Yo aceptaría el puesto de Peshwa con gran honor, su majestad.” –expusó Kim Seokjin levantándose de su puesto y brindándole una pequeña reverencia colocando una mano en su  pecho ubicando su corazón como muestra de lealtad, todos le dirigieron la mirada al ver semejante acto de valentía.

“Tu propuesta es de mi agrado, Kim Seokjin” –respondió simple Namjoon. “¿Lo aprueba la corte?”

Antes de que los involucrados pudieran objetar algo, fueron cortados por uno de los ministros.

“Majestad” –habló en un tono firme Mingyu, el rey ante su llamado incrusto su mirada en él y este prosiguió.

“El único Hombre que puede proteger al imperio Maratha y preservar el honor del cargo de Peshwa…” –Seokjin le dirigió una mirada divertida ante lo dicho, pero siguió oyendo para averiguar quién sería su contrincante al puesto.

“… Es Jeon Jungkook” –al terminar de anunciarlo, todos dirigieron su mirada a la entrada ante la nueva presencia.

Jeon Jungkook entro a la corte evitando dar con miradas ajenas, con cien pares de ojos clavados en su nuca, su vista siempre clavada al frente sin algún atisbo de interés a su alrededor; seguro de sus paso avanzo con su espada en la mano izquierda hasta llegar frente al Rey de la india.

“Perdón, su majestad, pero esta afirmación es una burla para la corte” –se mofó Seokjin.

“Parece que eres tú el único que se ríe, ministro” –respondió Mingyu con un deje divertido, Seokjin solo mantuvo su expresión de burla y prosiguió.
“Todo hombre tiene derecho a demostrar sus meritos”

“Un hijo no hereda la sabiduría de su padre simplemente por usar su turbante” –contraatacó

“Incluso un árbol de sándalo necesita tiempo para envejecer antes de producir su fragancia” –el rey se mantuvo expectante a la pequeña disputa que era llevada a cabo en sus ministros.

“Pero hasta la espina más joven es capaz de pinchar ¿Qué dice?” –habló por primera vez el punto de discusión y todos se rieron ante lo dicho por este.

“Jamás pongas en duda la velocidad del guepardo, la visión de halcón o la espada de Jeon” –Finalizo sin despegar la vista del rey y todos afirmaron lo dicho.

“Podrían burlarse de ti en cualquier momento” –enunció “Yo, Jeon Jungkook… hijo del fallecido Balaji Vishwanath, me considero apto para este cargo y estoy dispuesto a pasar cualquier prueba” –concluyó con una mirada determinada.

“Habrá una prueba, Jeon… Pero será Kim Seokjin quien la decida” –el nombrado sonrió con los labios sellados manteniendo su vista clavada en Jeon; y Jungkook simplemente asintió ante lo decretado por su majestad.

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