Prólogo

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Kaci era una chica de 17 años que prefería la soledad y el silencio. Su pasión era la pintura, que le servía como un escape de sus pensamientos negativos. Hasta hacía poco, no le gustaban las flores.

Kylian era un chico de facciones atractivas, que solía tocar la guitarra eléctrica. Su mirada era capaz de provocar un torbellino de emociones en cualquiera que se cruzara con él. Con solo tres segundos de contacto visual, podía hacer que te sonrojaras, te temblaran las piernas y te ardieran las orejas. Olvidarías tu nombre y cómo respirar.

Para Kaci, él solo era un chico guapo más. Hasta que…

—Arruinaste mi cuadro y esperas que de la nada me enamore de ti —le dije asombrada, con una mezcla de ira y confusión.

—Tú le cortaste las cuerdas a mi guitarra. Creo que estamos a mano —dijo indignado.

—Finge ser mi novia por un día —propuso.

—Kaci, por favor —respondió él, uniendo sus palmas en un gesto de súplica.

Kaci estaba tan llena de resentimiento que ni siquiera lo pensó y respondió con un rotundo:

—Claro que no. Prefiero cortarme la teta derecha antes. Ahora déjame salir de aquí. Me agobian los lugares cerrados.

Ella acercó como pudo su mano al picaporte, pero esta fue detenida por un toque firme pero delicado.

—Te pagaré —dictaminó el joven, con una mirada coqueta, obstruyendo el paso de Kaci con su mano en el picaporte.

Todo se mantuvo en silencio  por segundos
La tensión se podía cortar con un cuchillo

—Acepto. Ahora abre la jodida puerta Kilian-
Sentenció

Lo que no sabía Kaci era la serie de consecuencias que este pequeño trato causaría.

El Arte de Fingir Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora