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Hace mucho, mucho tiempo, que Matías no se sentía tan nervioso.

Era bastante consciente de que la foto que se había viralizado de él y su mejor amigo posando con camisetas de Newell's, iba a llegar a manos de su novio.

No lo mal entiendan, Enzo y Alejo no se llevaban tan mal, como todos suponían, pero el rosarino era un fanático en potencia de su equipo, Rosario Central, el clásico del club del cordobés. Por lo tanto, ver a su novio vistiendo los colores del club que le generaban un profundo rechazo, lo ponían de muy mal humor.

Matías sabía que sus actos iban a tener consecuencias, por lo que no se sorprendió cuando su chico le mandó un cortante "en diez llego a tu casa".

De forma rápida, se las ingenió para acomodar las cosas que estaban fuera de lugar y limpiar por arriba su cuarto. Dejó abiertas las cortinas que permitían observar la luna desde su cama, ya había anochecido hace apenas unas horas y entraba un vientito que mantenía fresca la casa. Prendió una vela aromática y bajó el volumen de la televisión, donde estaba sonando un enganchado de canciones de Taylor Swift.

Ni bien terminó de ordenar los cubiertos que se había olvidado de guardar, el timbre sonó. Se secó las manos que tenía un poco mojadas de los nervios, y se encaminó a el encuentro con su novio.

Alejo le dedicó una mirada rápida y entró, dirigiéndose directamente al cuarto para sentarse en la cama.

— ¿Vos crees que no sé que todo esto es un intento de tu amiguito de ponerme celoso? — le preguntó, alzando la voz.

Matías negó frenéticamente con la cabeza.

— No Ale, te juro que para Enzo soy solo un amigo, de verdad.

El rosarino se carcajeó, intentando descubrir si su novio era medio pelotudo o si lo estaba boludeando.

-— ¿Vos crees que si lo invitas a coger va a decir que no? No seas ridículo, Matías. Tan inteligente para algunas cosas y tan poco para darte cuenta cuando un amigo te tiene ganas.

El marplatense lo miró ofendido, no le gustaba que su novio le hable de esa forma, como si fuera tonto. Hizo el amague de irse, pero no llegó a dar un paso que Alejo lo sentó en su regazo.

— ¿Te vas a hacer el ofendido ahora? — le preguntó, en voz baja, pasándole la lengua por el lóbulo de la oreja.

— ¿Y si me hago el ofendido, qué?

Alejo sonrió ante la provocación del mas bajo, y en un rápido movimiento lo dejo tendido sobre sus piernas, boca abajo.

— Ya vas a ver vos.

Matías se sacudió levemente cuando Alejo le bajó el pantalón, dejándole el culo expuesto al aire. Suspiro profundo cuando sintió la primera nalgueada, y cuatro más le bastaron para excitarlo y hacerlo llorar.

— Ale, por favor — pidió de manera implícita por algo.

Alejo casi da el brazo a torcer, ya que su novio hablándole con esa vocecita le generaba ganas de hacerle un montón de cosas, pero el timbre sonó.

— Anda a atender, Matías.

Matías le suplicó que no, rogándole con la mirada por un poco de piedad, pero sabiendo que la respuesta iba a seguir siendo negativa.

— No te hagas el vivo, anda.

Lentamente se paró, acomodándose la ropa e intentando borrar cualquier rastro de lágrimas que decore su cara, para dirigirse hacia la puerta. Se sorprendió cuando lo primero que visualizó fue a su mejor amigo, con la camiseta de Newells's en la mano.

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2023 ⏰

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no tan clásico; matias x alejo x enzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora