-Eres un maldito... Un asqueroso y repugnante ¡MONSTRUO HIJO DE PUTA!
- ¿Y hasta ahora te das cuenta?, No eres tan inteligente como pensaba después de todo, Hen-Hen
- Te odio, te odio, te odio, ¡TE ODIO! ¡TE ODIO!
. . .
-¡¿Charlie?!, ¡Charlie!, ¡nena, ¿Dónde estás?!
Gritaba con desesperación en busca de una señal, una respuesta por parte de su pequeña el padre preocupado bajo la lluvia recién saliendo de aquel restaurante.
- ¡Charlie!, ¡Charlie! ¡Charlie!, ¡¿cariño, a donde te fuiste?!
Miraba por todos lados en esa calle, sólo veía autos pasar y personas corriendo tratando de refugiarse del aguacero del grisáceo cielo.
El señor continuó llamando a su pequeña, pero no lograba escuchar nada más que las abundantes gotas cayendo golpeando el suelo y sus alrededores, se empezaba a alarmar aún más. Si se habría salido de la pizzería no debería estar tan lejos. Pensó como algo de consuelo.
Tras preguntar por su hija y ser ignorado por quienes se cubrían de la humedad, dio otra inspección a su entorno, al no tener señal alguna, agarró rumbó al callejón que daba con la puerta de empleados del establecimiento. Algo le decía que ahí estaría, era un sentimiento fuerte en su pecho.
Pero, conforme más se acercaba, ese sentimiento en su pecho pesaba y su respiración igual, algo estaba mal...
Tragó fuerte y aún con sus fuerzas seguía gritando "Charlie, Charlie, Charlie", una tras otra con la esperanza de hallarla en medio de tan mal clima y viento frío que golpeaba en su rostro. Sin embargo, desafortunadamente ya casi terminándose el callejón..."No..."
La respiración de Henry se detuvo de golpe, recibiendo un choque contra todo su cuerpo, un torrente de horror que hizo que cada fibra de su ser se crispara. Todo en él se congeló, sus ojos se abrían lentamente con un semblante atónito, mientras su corazón latía desbocado ante la desgarradora escena frente a él: su pequeña hija yacía tirada, con golpes que emanaban sangre, su cuerpecito marcado por la brutalidad de lo que había sucedido.
"No.. No... No, no, no, no, ¡NO, NO!, Esto no... ¡¿CHARLIE?!"
Henry apartó bruscamente la marioneta que estaba custodiando el cuerpo de Charlotte -¡CHARLIE, HIJA, ¿ME ESCUCHAS?, POR FAVOR NO, CHARLIE, MI NIÑA, ESTARÁS BIEN, YA ESTOY AQUÍ! - suplicaba Henry al tener entre sus brazos aquél diminuto cuerpo inerte.
Miles de lagrimas desbordaban de las retinas rojas de Henry mezclándose con las gotas del cielo en el rostro gélido dormido de Charlie, entre todas las cosas que esperaba, esta era una de las últimas, ¿en qué momento? ¿Por qué? ¿Por qué ella? ¿Por qué a él?...
- Por favor, Charlie, despierta, abre tus ojitos, nena. Quiero volver a verlos. - insistía el padre sin aceptar el fallecimiento y que realmente estaba acariciando la mejilla pálida de un cadáver ya vacío.
Todo el cuerpo de Charlie estaba lleno de moretones y heridas emanando sangre, de su nariz goteaba dicho liquido, su ojo izquierdo hinchado rojizo con pigmentos morados, sus mejillas maltratadas, Dios santo, ¿Quién le haría tanto daño a una pequeña indefensa?
Se aferraba y se quería seguir aferrando, no la quería dejar ir, no ahora, no nunca.
Y así como su bebé vino al mundo y la sostuvo en sus brazos por primera vez con jubilo, así la sostuvo ahora entre lamentos acompañados de audibles llantos y sollozos. No pudo cumplir su promesa de siempre cuidarla y protegerla, no pudo verla crecer, ella no pudo verlo partir primero.
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Agonía [OS] William x Henry
FanfictionUn hombre adulto con problemas de depresión es visitado por su amigo colega de trabajo sadomasoquista terminando en sexo gay. (no hay presupuesto para la portada ok)