[margaritas] - JinNam©

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Seokjin tenía entre su mano izquierda la de Namjoon, apretándola al sentirse agitado el mismo.

Namjoon, enojado consigo mismo al sentirse acostumbrado a eso, apretó también la mano del alfa.

Estaban asustados de todos modos.

No sabía esos hombres del concejo que les obligarían a decidir.

Y obviamente, los cachorros estaban entre los planes. Si o si, tendrían que tener un pequeño, al menos.

Namjoon frunció el ceño, viendo su abdomen casi plano en su camisa rosa de seda. ¿Estaría bien fingir ser estéril? Y por la diosa luna, su lobo casi enloquece. ¡No le podían fallar así a su manada!

Namjoon ahora, más que enojo, sintió ganas de llorar. ¡No quería un bebé! Bueno si, si quería uno, dos, los que fueran.

Pero con alguien que lo amara. Quería cachorros pero más, un alfa que lo ame.

Miró a Seokjin, viendo su rostro inexpresivo mientras entraban al lugar, viendo a lo lejos a todas las personas que estarían con ellos discutiendo, muy seguramente, su -inexistente- vida sexual, celos, deseos de formar una familia... Dios, eso les ponía la piel de gallina.

Y por supuesto su abuela estaba ahí, era parte del concejo. Ella misma había vuelto a reunirlo tras su separación, pues le parecía que era muy necesaria la opinión de los miembros más importantes de la manada en asuntos interiores.

O eso le habían dicho a Seokjin, quién pensó en que apenas se muera esa vieja, va a disolver ese grupo de jinetes del apocalipsis, lo peor es que eran más de 4, de echo... Más de 15 personas, alfas y betas distinguidos, señores, influencias y dueños.

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En resumen, en nombre del joven alfa Seokjin, juraron nada más decir la verdad y luego de esto, vino un diluvio de preguntas incómodas.

El omega en ningún momento soltó la mano del alfa, por incómodos que se sintieran ambos, pues así habían acordado en silencio, básicamente.

Los viejos del concejo atribuyeron sus aromas nerviosos e incómodos solamente a la vergüenza de exponerse, pues seguro ambos eran vírgenes e inexpertos, y eso les dió mucho para suponer y reírse, recordando, sus viejos tiempos y recuerdos de jóvenes. Pronto, cuando no había más qué preguntar, hicieron salir a los chicos para debatir una solución, pidiéndoles que volvieran más tarde.

Ah, esto solo se soluciona de una forma. Por supuesto que el que debe llevar las riendas es el alfa — habló uno de los hombres en el extremo derecho de la mesa, exhalando el humo de su cigarro mientras reía roncamente — que hable con su padre, el alfa Kim debe darle consejos a su hijo, que le dé una buenas charla y ya...

Seguro que ya lo hizo, se me hace más que el que debería tener una charla es el omega — paro un poco antes las quejas y miradas disconformes — callen, callen... Yo digo, tiene que complacer bien al muchacho, que se arme un grupo de mujeres mayores de su familia que le digan como hacerlo...

Eso es más que innecesario, que asco... Un montón de omegas hablado de eso, cómo cualquieras — río una alfa, siendo apoyada por el resto que callaron al anterior hombre

¿Pero qué opina usted señora Hye? Usted, más que cualquiera, siempre tiene la mejor solución... — habló uno, callando a los otros que solo le gruñeron por la interrupción

Tengo un plan... — habló duramente, con firmeza, con seguridad de sus palabras — lo he usado y sé perfectamente qué hacer, no es la primera vez qué pasa... Solo son dos chiquillos asustados

¿Y si es más que eso? — preguntó alguien, no del todo conforme con las respuestas que dió la joven pareja

Sé perfectamente que esto les genera dudas, pero yo misma he verificado cómo va ese matrimonio... Me he encargado yo misma de todos — movió una de sus manos, pidiendo a uno de sus betas ayudantes su cartera — es simple, tres pasos infalibles. Son destinados después de todo y en caso de no funcionar, usaremos métodos más... Antiguos

Algunos se sorprendieron, pero no dijeron nada, sabían a que se refería la mujer.

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Namjoon miró el café entre sus manos, ignorando al alfa que estaba a su lado, respirando lentamente mientras miraba las pinturas frente a ellos.

Podía oler su miedo, y él lo sentía de todas formas.

Tengo miedo... — habló bajo, esperando una respuesta del alfa y quedando boquiabierto al oírla

Yo también... — Seokjin calló en cuenta de su error unos segundos después y se giró hacia el omega, gruñendo frustrado — quise decir, trato de buscar una solución... Yo no quiero hijos contigo, no pienso ayudarte a criar, no te amo y no deseo... Reproducirme contigo

Namjoon hizo una mueca ante las últimas palabras, sabiendo que era así, siempre, solo faltaba que el alfa se lo dijera a la cara — yo no quiero tener hijos, estaré solo siempre... Con ellos, quiero que mis hijos tengan un padre amoroso y atento, atenciones, cenas en familia, regalos, días especiales...

Exacto, yo... — nunca les daría eso... Pensó — De todas maneras seguro ni lo harías bien, luces como una madre horrible, los criaras como tú, lentos y aburridos, los demás niños se reíran de ellos — especialmente esas palabras dolieron a Namjoon, fue lo que más le dolío y prefirió no decir absolutamente nada, girándose para tomar el café que le compró el alfa

Seokjin tragó, apretando un poco su pierna derecha al ver la mirada dolida del omega y suspiró tranquilo, al menos ahí acababa la conversación.

En realidad, no quería decirle al omega que jamás estaría con él por vergüenza. Jamás podría verlo como su pareja, y si tuvieran un hijo, su vergüenza solo sería mayor. Y su lobo se revolcó de dolor haciéndolo hundirse en la silla.

Su vergüenza era, que sería un mal padre, un mal alfa, jamás podría ser tan bueno como nadie en su familia, no sería un buen líder, no quería culpar a nadie más que a la luna, a su manada, a su falta de...

Las puertas a unos metros de ellos se abrieron, saliendo de allí un hombre algo bajito y gordo, que con una sonrisa los llamó para que regresarán.

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Miren, algo así me imagino al Jin de esta historia

Así: 😐

Con cara de xulo siempre KSNDLWKE

Y Namu bonito hermoso precioso divino lindo

MI OMEGA YO LO MARQUE EN UN POTRERO