CAP 1

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No sentía nada, no veía nada.

Pensé que llegaría al infierno por todas las cosas que había hecho. ¿Pero esto? Para mi alma se sentía bien. No debería ser así. Maté a muchos, destruí sueños, arruiné futuros, amores, familias. Sin embargo, ahora me siento bien. ¿Por qué?

No se supone que esto sea así.

Me hice muchas preguntas, pero no podía pensar con claridad. Hasta que comencé a sentir.

¿Tenía ojos? Porque ahora los siento. Tenía un cuerpo, pero no podía moverme.

¿Por qué recordé esto hasta ahora?

Abrí los ojos y, con mi visión borrosa, pensé que lo que estaba frente a mí eran las siluetas de los árboles. Me sentí muy cansado.

En ese momento, un recuerdo llegó a mi mente: Kaguya, Naruto, Sakura, Sasuke y, por último, Kakashi. Estábamos peleando contra Kaguya y yo me sacrifiqué por el futuro del rubio. No me di cuenta de la sonrisa que estaba en mi cara en ese momento; solo quería pensar. ¿Ese muchacho logrará ser Hokage?

Fue una de las tantas preguntas sin respuesta que me hice.

Luego de eso, sentí gotas de agua cayendo y fue cuando caí en cuenta de que estaba en el suelo. Escuché cómo las gotas caían sobre las hojas marchitas; el olor a lluvia y la humedad de la tierra llenaban el ambiente.

Intenté levantarme, pero no podía moverme mucho; mi cuerpo me dolía. Me giré hacia un lado para poder arrastrarme por el suelo. No tengo mucho chakra en estos momentos; estoy cerca de las reservas Genin. Con eso es suficiente, pero aún así no puedo hacer mucho si me llegan a atacar.

Me sentí muy cansado después de un tiempo arrastrándome, así que decidí parar; no quiero esforzarme de más en estas circunstancias. Tengo que averiguar dónde estoy. Si me sacrifiqué, ¿dónde estaré?

Lentamente, el sueño se apoderó de mí; mis párpados caían suavemente o eso pensé por lo adormilado que estaba. Poco después, me dormí profundamente.

En mis sueños, estaba en una especie de campo. Era hermoso y tranquilo; sus flores se movían suavemente con el viento y las aves emitían sus sonidos característicos. Pero de repente, todo explotó. Se escucharon lamentos; las flores se teñían de rojo, la hierba se moría, y el día se oscurecía mientras la luna, grande y redonda, se teñía también de rojo. Mi cuerpo lentamente se hundía en unas manos que me agarraban con fuerza; eran frías y magulladas; algunas mostraban los huesos, otras estaban calcinadas.

Mientras más profundo me hundía, oía sus gritos y lamentos hasta que desperté.

Era de día, no sé cuánto dormí. Solo sé que no me gustó mi sueño.

Me recordó las cosas horribles que hice y me di cuenta de por qué luché si ya no queda nada.

Me rendí ante la vida y simplemente dormí.

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En otra parte del mundo, alguien se encontraba en la oficina del Hokage. Era el Tercer Hokage hablando con Minato Namikaze. El Hokage le daba la orden de ir al Bosque de la Muerte, ya que había sentido una pequeña punzada de chakra en él y tenían que investigar el asunto. Sabían que podía ser un espía de alguna otra aldea; las tensiones estaban aumentando y era cuestión de tiempo para que iniciara la Tercera Gran Guerra Shinobi.

—Minato, averigua todo lo que puedas sobre esta persona. No me importa si tienes que torturar para obtener información; si no habla, llévalo a TI. Ellos sabrán qué hacer —dijo el viejo tercero con un tono grave.

Un simple asentimiento fue la respuesta dada por el rubio antes de retirarse de la oficina y llegar en cuestión de segundos al Bosque de la Muerte gracias a su Hiraishin. Decidió seguir el rastro del chakra que le indicaba dónde estaba la persona que tenía que encontrar.

Poco después se encontró con un joven de aproximadamente su edad. Su cabello era blanco y su piel algo pálida; no portaba camiseta y llevaba un pantalón magullado, como si hubiera acabado de salir de una pelea. Los niveles de chakra del chico aumentaban poco a poco. Minato puso una mano sobre él; se notaba que estaba herido y no estaba en condiciones para un interrogatorio severo.

Se transportó al hospital de Konoha donde lo cargó y lo llevó adentro. Una vez allí, los médicos se apresuraron a atenderlo; Minato se quedó observando desde la puerta mientras pensaba en lo extraño que era todo esto.

El joven había despertado algo dentro de él; una sensación de conexión con alguien que había pasado por tanto dolor. Minato sintió una punzada de empatía al recordar sus propias batallas y sacrificios.

Mientras los médicos trabajaban para estabilizar al joven, Minato decidió investigar más sobre el. Algo en su interior le decía que este encuentro era más significativo de lo que parecía a simple vista.

Había mucha actividad en el hospital, ya que se acababa de concluir una guerra y, lamentablemente, probablemente habría otra. Varias doctoras y enfermeras se acercaron rápidamente para brindar atención médica y de enfermería al sujeto que Minato llevaba en brazos. La tensión en el aire era palpable; todos sabían que cada vida contaba en esos momentos críticos.

TIEMPO DESPUÉS

Óbito abrió los ojos una vez más, sintiéndose derrotado y sin ganas de nada. Sin embargo, esta vez el paisaje era diferente. Se encontraba en una habitación, aunque su visión seguía siendo borrosa, poco a poco se estaba acostumbrando y se volvía más nítida. Las paredes eran blancas y podía percibir el característico olor a medicina del hospital.

Sentía varios chakras a su alrededor, pero uno de ellos le pareció familiar; era cálido pero ferreo. Miró hacia un lado y allí estaba él: Minato. Aunque ya había interactuado con él en forma de Edo Tensei, esto era diferente, pues ahora estaba vivo.

"La persona frente a mí está viva", pensó.

—Minato —susurró mientras contemplaba las piscinas azules de sus ojos, que le recordaban tanto a Naruto.

De repente, un torrente de recuerdos lo abrumó; recordó que él mismo había sido el causante de su muerte. ¡Sí! Había matado a su sensei y a Kushina, robándoles una vida llena de amor y felicidad. No solo les había arrebatado eso a Minato y a Kushina, sino también a Naruto.

Se sintió peor de lo que ya se sentía; una profunda tristeza lo invadió, y las ganas de morir por todo lo que había hecho lo consumían. No tenía perdón. Sin embargo, la persona que lo había perdonado fue el mismísimo Naruto, el niño al que le había arrebatado una infancia repleta de amor y felicidad.

Ese susurro fue captado por Minato. Este se sintió extraño, ya que la persona frente a él era muy parecida a alguien que había visto antes, aunque no sabía quién. Ahora que lo observaba de cerca, notaba sus cicatrices y un ojo morado con líneas negras en forma de círculos; parecía más bien una cebolla. Su rostro se veía cansado y nostálgico, muy nostálgico, como si estuviera viendo a alguien que había querido mucho y que había perdido la vida frente a él.

Esos ojos, algo aguados por una extraña razón, hicieron que Minato se sintiera mal. Además, el chakra del joven le resultaba familiar. En su interior, pensó que esta persona frente a él era un enigma que tenía que resolver. No solo eso; sabía que este joven le sonaba de algo y estaba decidido a averiguar de dónde provenía esa conexión.

A medida que los recuerdos y las emociones luchaban por salir a la superficie, Óbito sintió un peso en su pecho. La culpa lo consumía, pero al mismo tiempo había una chispa de esperanza en su interior. Tal vez este encuentro podría ser la oportunidad para redimirse, para encontrar un nuevo propósito en un mundo lleno de sombras.

Minato observó al joven con atención, intentando descifrar el misterio que representaba. Había algo en su mirada que despertaba una profunda curiosidad dentro de él. La historia de este chico podría estar entrelazada con la suya de maneras que aún no podía comprender.






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Decidí corregir el capítulo haré lo mismo con los próximos para que no tengan errores ortográficos y de paso hacerlos más largos.
Poco a poco los voy a corregir y después actualizare.

Óbito en el pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora