🌸 XI ~ Estrategia 🌸

184 24 3
                                    


El pelinegro alternó los ojos al tener frente a su persona ese lugar de objetivo de su actual misión. Nisiquiera el estaba seguro de que era lo que esperaba, pero... ¿Un Club nocturno? ¿En serio?

A simple vista sólo parecía un bar normal en medio de la nada. Estaba lleno de hombres –casi todos pasados de los 40– bebiendo y comiendo cualquier porquería de las que vendían en la barra. Sorprendentemente también había alguna que otra pareja. Pero Shikamaru estaba seguro de que no se trataba de un Club nocturno como cualquier otro.

—¿Y Ahora que? —La voz de Sakura sacó a Shikamaru de su trance, quien desde la entrada se dedicaba a observar a su alrededor en busca del hombre que buscaban.

—¡Vamos a atacar ya, de veras! —Shikamaru puso los ojos en blanco. Esa idea era muy estúpida hasta para Naruto.

En primer lugar: el número de personas allí era 10 veces más que el de ellos, no podían simplemente armar un escándalo así de la nada. En segundo lugar: no estaban seguros de si ese hombre tenía ninjas trabajando para él o si las personas allí presentes lo eran. Arremeter un ataque como el que estaba proponiendo Naruto era impensable, por no decir absurdo.

—¡No seas idiota, Naruto! —Exclamó Sakura, aunque en un tono que no resaltara demasiado, mientras le proporcionaba un golpe en la cabeza al rubio.

—Ouch... —Se quejó este, frotándose el golpe en un intento de aminorar el dolor.

Shikamaru, ajeno a la conmoción, divisó a un hombre sentado al fondo del local, hablando con otro señor de aspecto altanero. El hombre era robusto, de piel bronceada y cabello oscuro en pocas proporciones. Tenía ojos rasgados en un color negro sepulcral y una cicatriz bastante grotesca surcando desde la parte superior de su ceja, atravesando esta y uno de sus ojos hasta finalizar en la mitad de su mejilla. La descripción encajaba a la perfección con el hombre de la foto. Si duda ese tenía que ser Takero.

—Es él —Señaló con la cabeza, haciendo que los cuatro restantes miraran a esa dirección.

—¿Que hacemos ahora? —Preguntó Ino, inconscientemente pasando los dedos por las hebras rubias de su habitual recogido, mientras miraba al Nara de reojo.

—¡Podríamos mandar a una de las chicas como señuelo! —Exclamó Naruto, emocionado al notar una idea surgir en su cabeza.

—¡Naruto! —Le Reclamó Sakura, nuevamente, aunque esta vez no lo golpeó.

Shikamaru se giró al rubio, luego miró a Sai quien había permanecido en silencio todo el tiempo, y torció los labios en un gesto pensativo.

—De hecho no es mala idea —Dijo entonces, ganándose la mirada sorprendida de Sakura e Ino, y la orgullosa de Naruto.

—¿Piensas mandarnos de señuelo? —Inquirió la chica del clan Yamanaka, frunciendo el ceño, evidentemente molesta.

Pero Shikamaru negó con la cabeza, mirándola esta vez a ella.

—Pienso enviar a uno de los hombres. —Aclaró, con su habitual expresión cansada.

—¿A uno de nosotros? —Naruto se alló incrédulo ante las palabras del líder —Pero si el quien le interesan son las mujeres.

Shikamaru centró nuevamente sus pupilas en la distancia, en el lugar donde estaba Takero. Metió ambas manos en sus bolsillos y, en el interior de uno de ellos, jugó con el encendedor de Asuma como tantas veces había hecho.

—Te equivocas —Soltó Shikamaru, quien recibió una mirada de profundo enfado infantil por parte del Uzumaki —, el secuestra a las mujeres para venderlas como esclavas sexuales. Pero sus clientes son los hombres, es con ellos con los que le interesa interactuar. A ellas solo las secuestra y ya. Con ellos negocia. Su interés está en los hombres que se convierten en sus posibles clientes.

Sentimientos problemáticos (ShikaIno) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora