𝕃𝕠𝕠𝕜𝕚𝕤𝕞 𝙲𝚘𝚛𝚝𝚘𝚜 𝐽𝑎𝑦𝑁𝑖𝑒𝑙

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Un grito despertó a Daniel. Siempre fue algo de hoy en día.

Los días de dormir plácidamente hasta una hora decente se habían ido. hacía mucho tiempo y era algo con lo que solo podía soñar y recordar.

Daniel gimió en voz baja y se giró para ver a Jay todavía durmiendo profundamente detrás de él. Se había quedado despierto la noche anterior con Henry, el pobre bebé lloraba y se negaba a dormir.

Daniel se sintió tan agradecido de que los mellizos no hubieran tenido cólicos, porque realmente no creía que pudiera haber manejado tres veces el agotamiento y la frustración que sentía últimamente.

Daniel se desenredó de las extremidades dormidas de Jay y se movio en piloto automático hacia la guardería de Henry.

Incluso en los cortos dos meses que ha estado en esta tierra, el corazón de Daniel había sido robado una vez más. En el momento en que fue puesto en sus brazos sintió el amor más profundo. Su pequeña nariz era una réplica de la de Jay, y sus ojos ya iban a tener un tono cerúleo similar a los suyos. Sus vidas y su familia nunca se habían sentido más completas que el día en que nació.

El llanto se hizo más fuerte cuando Henry trató de llamar la atención de uno de sus papás. Daniel entró trotando en la habitación, sin querer despertar a nadie.
Inmediatamente, sintió que se le estallaba el corazón al ver a su pequeño bebé envuelto en su cuna. Era tan pequeño, tan precioso. Incluso cuando estaba llorando a mares y la razón por la que Daniel no pudo dormir.

Cambiaría todo el sueño del mundo por la felicidad y la salud de sus hijos.

Tan pronto como Henry vio a su Mamá, sus gritos se redujeron en volumen, pero su carita todavía estaba roja y arrugada por la fuerza de sus gritos. Daniel lo arrulló y lo levantó, acunándolo contra su pecho y meciéndolo hacia adelante y hacia atrás.

___ "Shh, mi bebé. Mamá está aquí, ¿sí? Está bien, cariño.

Daniel cruzó la habitación hasta donde estaba la mecedora y se sentó.

A Henry le encantaba acostarse contra su pecho y el de Jay. Descubrieron que el contacto piel con piel hizo maravillas. Cada vez que escuchaba los latidos de sus corazones, se calmaba casi de inmediato. Daniel miró hacia abajo y lo encontró mirándolo fijamente con sus grandes ojos oscuros, pequeñas manos cerradas en puños contra el pecho de Daniel.

___"¿Todo mejor, Henry? ¿Solo necesitabas abrazos de Mamá? - Daniel se inclinó para presionar besos en su suave cabello, inhalando el dulce y puro aroma de su pequeño Omega y la inocencia angelical. Daniel no podía creer que el y Jay crearan algo tan hermoso y perfecto. Cada vez que miraba a sus hijos, recordaba lo afortunado que era.

Nian y thomas estaban enamorados de su hermanito más reciente. No pasó un minuto en el que no lo estuvieran abrazando o queriendo alimentarlo o hacerlo sonreír. Era increíble la cantidad de amor que tenían.