Te ves muy bien

991 99 21
                                    

—¿A qué se hubieran dedicado si no existiera el fútbol?

Rin detuvo un palillo en sus labios al escuchar esa pregunta, a pesar de no estar en la misma mesa, la voz de Bachira podía oírse por todo el comedor de Blue lock. Ni siquiera estaba interesado en participar en esa conversación, pero aquella pregunta entró sin permiso a su cabeza, obligándolo a prestar atención a las respuestas de sus compañeros.

—Estaría obligado por mi familia a trabajar en el templo. —El primero en responder fue Igarashi, con una visible frustración ante la idea.

Rin miró hacia la mesa en la que se encontraba la conversación, la cual estaba a unos pocos metros de la suya. Vio a Hiori ponerse pálido mientras buscaba su respuesta, a la vez que Karasu tenía una expresión pensativa; pero a Rin solo le interesaba una respuesta. Isagi esperaba su turno para hablar, sin ser consciente de la mirada que se posaba sobre él.

—Yo de seguro me dedicaría solo al modelaje —comentó Yukimiya.
—Chigiri de seguro sería tu colega —opinó Otoya, con un tono de voz coqueto.
—No lo sé, nunca me ha llamado la atención el modelaje —contestó Chigiri.
—Qué desperdicio —agregó Karasu, después miró hacia Hiori, Aryu, Reo y Niko—. Hay varios aquí que quedarían bien como modelos.
—Estoy de acuerdo, deslumbraría a todos con mi glam —respondió Aryu—. Aunque ser una estrella de rock tampoco estaría mal.
—Yo me dedicaría al cosplay —respondió Niko.
—Yo de seguro heredaría la empresa de mi padre. —La voz de Reo se oyó desanimada.
—Y yo sería empleado de Reo, buscando jubilarme lo antes posible —comentó Nagi.
—Para eso mejor serías su esposo mantenido —opinó Chigiri.
—No hubiera estado mal.
—Nagi… —reclamó Reo, pero su ánimo fue traído de vuelta.
—Oh, todos sabemos que el rey hubiera sido una gran ama de casa.
—Cállate, pesado —reclamó Barou de inmediato 

Rin comenzó a sentirse frustrado de escucharlos a todos menos a Isagi, el cual aún pensaba en su respuesta. De todos modos, prefería escucharlos a ellos e ignorar a su mente que quería responder también. No quería pensar en eso.

—¡Yo hubiera sido entrenador de delfines! —mencionó Bachira.
—Y yo que pensé que dirías pintor como tu madre —contestó Isagi.
—O bailarín —agregó Chigiri.
—¡Yo me dedicaría a ayudar con el turismo de mi ciudad! —comentó Nanase.
—Yo no sé… lo que diga puede afectar lo que piensen de mí —agregó Tokimitsu, entrando en desesperación.
—Yo tampoco sé, la verdad —contestó Isagi, al fin—. No me imagino mi vida sin el fútbol.

Rin se sintió idiota, tanto esperar para una respuesta tan tibia; aunque en realidad no le sorprendía, no había razón para que hubiera algo más que fútbol en la cabeza de Isagi.

—Yo sería mánager de idols o cualquier profesión que me deje estar cerca de chicas lindas —comentó Otoya.
—¿Por qué no me sorprende de ti? —murmuró Chigiri, mirándolo con frustración.
—Al menos he respondido, tú te negaste a ser modelo.
—¿Por qué lo sería?

Ignorando la inofensiva discusión entre Otoya y Chigiri, Rin continuó comiendo.

«¿Chicas lindas?», pensó.

Y lo que quería evitar vino a su mente, sin poder hacer nada para detener todas sus fantasías y pensamientos que lo seguían desde niño.

Era una noticia local, sobre la exitosa presentación de un grupo de idols, solo habían mostrado un fragmento de uno de los shows, pero fue suficiente para llamar la atención de un Rin de 5 años, haciéndolo sentir algo extraño.

—¿Te gustan? —preguntó su madre con una sonrisa. Rin se sintió un poco incómodo, sin ser capaz de responder.

No era que le gustaran las chicas de la pantalla, su música o cómo bailaban, era lo que le habían transmitido y lo que había sentido con eso. Era la vestimenta, el cabello revoloteando en el aire, la libertad con la que brillaban. Rin había sentido que quería ser como ellas.

Te ves muy bien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora