Fake love

TRATO I/II

Ya lejos de él, me di la vuelta para mirar a Sofí. Estaba cabizbaja, incluso siendo de noche, podía ver como una lágrima resbalaba sobre su mejilla y la limpié e hice la pregunta más absurda del mundo.

—¿Estás bien?

Ella no dijo nada, simplemente me abrazó fuertemente y hundió su cara en mi pecho. Hasta ahora no había reparado en lo bajita que era, ni en su cabello largo color avellana que hacía juego con sus ojos. Empezó a llorar y yo la dejé, dejé que se desahogara. Al cabo de un par de minutos, se separó y limpió sus lágrimas.

-—Gracias... de verdad.—me sonrió dulcemente. Se me empezó a acelerar el corazón.

—No fue nada. No me gustan los tipos como él y cómo te trató.

—Así era esta relación... Yo debía ser sumisa, en todo... Y desde que me opuse poniéndote de excusa, la cosa empeoró. Lo siento.

Chasqueé mi lengua.

—Está bien...

—¿Qué?—me miró confusa.

—Te ayudaré.

Ella me miró y juré que sus ojos brillaron. Era como si le acabase de decir la mejor noticia del mundo, aunque quizás para ella lo fuera. Casi al instante se abalanzó sobre mí y me abrazó fuertemente.

—Gracias...—apoyó su cabeza en el hueco de mi hombro—. No sabes cuánto te lo agradezco.

—Ya...—me empecé a poner nervioso así que con cuidado me separé—. Mejor vete a tu habitación y mañana hablamos.

—Ojalá...

—¿Por qué lo dices?

—Están usando mi habitación para una fiesta.

Okey, no mentiré que me dieron ganas de salir corriendo.

—Oh...Bueno...¿Quieres venir a mi piso entonces?—ella se quedó paralizada, como sorprendida. Y sí me acaba de escuchar a mí mismo y no pude evitar sonrojarme—. Para hablar, claro...

Ella sonrió de nuevo y asintió. Caminamos en silencio hasta mi apartamento y ella entró primero. Entonces recordé todo el desastre que Daniel había dejado y quería que la tierra me tragase. No es que fuera alguien importante, ni tampoco mis destrozos, pero igualmente me avergonzaba.

—Perdón, la casa...

Ella se dio la vuelta y me miró.

—Sé que fue Daniel.

Me detuve un momento,¿Cómo sabe ella quién es y que fue él?

—¿Cómo lo...?

—Daniel es mi primo pequeño.—me detuve de lo sorprendido—. Desde pequeño siempre fue un desastre. Así que dudaba que algún otro ser humano fuera tan cerdo como él. Y no es la primera vez que vengo a este piso, nunca estuvo limpio.

Y tenía razón, la casa no podía estar más sucia.

—Bueno...

Ella apartó unos pantalones que había en el sofá y se sentó con toda la tranquilidad del mundo. Yo me senté en el mismo sofá pero dejando un hueco de distancia. No es que me desagradase estar a su lado, pero me parecía algo precipitado sentarme pegado a ella.

—Oye...¿De qué hablaba ese tío con la "última discusión"?

—Oh... Así que lo oíste...—agachó la cabeza.

Vi como jugaba con sus dedos, se notaba lo nerviosa.

—Lo siento...

—No te disculpes. No es culpa tuya. Y respecto a eso... Ya te dije que debía ser sumisa, así que la primera vez que le llevé la contraria él...—tragó con dificultad y tomó aire—me violó...
—dijo en un hilo de voz.