Chanyeol es la vergüenza de su familia, han tratado de ocultarlo un par de veces, pero siempre logra la forma de dejar claro que es la oveja negra. Gracias a su último problema es exiliado a su natal Corea donde se rencuentra con el amor de su vida...
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Los días de evento fueron algo que siempre puso demasiado ansioso a Chanyeol, realmente nunca le gustó, pero sus padres siempre estuvieron metidos en eso, claro, era la principal razón de ser de la empresa familiar. No le gustaba usar ropa elegante para ir a esas fiestas y cosas como esas, sentía que todo era demasiado superficial, quizás era porque era demasiado joven, quizás era porque aún no se sentía interesado en lindos y lindas modelos, pero conforme iba creciendo, fue viendo que era divertida la parte de las fiestas pero nada más que eso, incluso ahora, no le importaba demasiado.
Chanyeol en ese momento estaba alzando su cuello mientras que su tía estaba arreglando su camisa, se sentía como cuando era más pequeño y ella lo ayudaba también, su mamá odiaba demasiado a su padre a ese punto como para poder ayudarle, su padre tampoco estaba interesado en él, así que su tía era realmente como su madre o una nana, quizás más como una nana porque tampoco era de dar mucho afecto.
-Te ves muy guapo, pareces un modelo más, todo el mundo está expectante por ti, así que más te vale que no te metas en problema.- dijo Chung Ah apretando un poco su corbata y Yeol tosió por eso. -No quiero a la prensa encima de nosotros.-
-No, no, me voy a portar bien, se que esto es muy importante para Baekhyun y para todos ustedes, voy a ser un buen tipo.- Chanyeol se miró en el espejo, Baekhyun le había escogido esa camisa, también la corbata, dijo que tenían que ir a juego para poder verse bien, aunque pensó que eso era una excusa, claramente tenía que serlo, pero no le importó, lo uso como Baek quería, así que se sintió un poco feliz al ver que todo le quedaba genial.
-¿No has pensado que así te vas a ver el día que te cases?- preguntó su tía, mientras se acercaba a su lado para colarse unos largos pendientes de diamantes que había comprado para esa ocasión.
-Dudo mucho llegar a casarme.- dijo Chanyeol, sonriendo un poco avergonzado. -Aunque no habría nadie más feliz que mi madre si algo como eso sucediera.-
-Bueno, uno tiene esa necesidad cuando conoce a alguien que realmente le gusta, yo pensé en casarme varias veces, pero no terminaba de sentirme convencida, ¿sabes?- le dijo ella y Chanyeol pensó que solo se había sentido convencido de algo como eso, una sola vez en su vida y estaba pasando de nuevo justo en ese momento, era algo demasiado inesperado.
-Es un poco pronto para hablar de eso, veremos qué pasa.- dijo Chanyeol solamente, girándose para que su tía lo mirará listo. -¿Quieres tomar una foto para mi mamá?
-Ella seguramente se sentirá orgullosa, ella siempre estaba presumiendo de lo guapo y lindo que eras.- dijo Chung Ah solamente, tomando el teléfono de la madre de Chanyeol.
Ella siempre había sido una mujer muy callada y de pocas palabras, seguramente sería la clase de persona de la que no se esperaba demasiado, de la que no te llevarías ninguna sorpresa, pero entonces las cosas comenzaron a complicarse. Chanyeol recordaba su infancia como algo muy simple, venía de una familia rica, así que siempre tuvo todo lo que alguna vez quiso, juguetes, fiestas de cumpleaños, regalos, niñeras, de todo, eso quizás tendría que haber compensado el hecho de que tuviera muchas complicaciones, sus padres nunca estaban con él y realmente era un niño solitario.
