BANDIDO [Fedri]

Parte Dos: Si se Da.

"Y si la cosa se da, y tengo la oportunidad y se te da.
Un poquito más de lo que das, entonces yo, te voy a dar tanto que vas a terminar diciendo ya no más."

💛🌻

El silencio de la habitación le daba una sensación inmensa de soledad. Ha transcurrido más de un año desde que Eric murió y él fue libre de todo ello. 
Ferran lo había ayudado, y le había dejado vivir en la casa del mismo. Volvió a la Universidad y trabajaba por la tarde en un café cerca de la casa, no tenía ningún tipo de relación con Ferran. Pero estaba jodidamente enamorado de él. 
Y sabía que el alfa correspondía sus sentimientos pero cuando intentó ir más allá con él, logró tener un poco de ese toque que le dio esos días donde su marca lucía hermosa en su cuello. La cagó. 
El deseaba, añoraba el toque de Ferran. Quería cómo no sabe explicarlo que el alfa lo tomé como suyo. 

Pero esa vez se equivocó, Ferran lo había encontrado en su habitación sólo en ropa interior. Todo sucedió tan rápido, estaba por conseguir lo que tanto anhelaba que cuando Ferran le preguntó porque quería que lo tomara él tontamente respondió que estaba en deuda con él. 
El Alfa se había apartado de inmediato, y lo había dejado en esa habitación dando un portazo detrás suyo. Desde esa vez el alfa fingía total desinterés en su persona, lo saludaba y toda esa mierda. Pero empezó a tratarlo como alguien más. 
Y toda su buena relación empeoró cuando el alfa llegaba de vez en cuando con el aroma de alguien más encima, se sentía herido. Y lloraba recordando que Eric hacía lo mismo. Pero los guardaespaldas de Ferran siempre le decían lo mismo. 

"Lleva tiempo intentando acostarse con alguien, pero quien escoge sale corriendo asustado" 

No le daba paz, en lo absoluto. Le causaba más dolor. El añoraba estar entre los brazos de Ferran y recibir todo de él. Pero este lo evitaba. 
El no deseaba que lo tomara porque le debía la vida, él amaba a Ferran con locura. Ese Alfa era suyo, y quería pertenecer. Llevar su marca y tener sus cachorros en su vientre. 
El olor de Ferran llegó a sus fosas nasales, entonces comprendió que estaba de vuelta. Pudo sentir el enojo y la frustración acompañar su agradable aroma a menta. Dándole un toque agrio. 
Su Omega se sacudió, quería ir a saber qué le pasaba. Pero cuando venía así, siempre se encerraba en su oficina y no salía hasta tarde. 

Pedri suspiró. Volvió a acostarse, no saldría cuando Ferran estaba enojado. Era un trauma que le dejó Eric, que poco a poco iba tratando de superar, no quería que la única persona a quien le confiaba su vida a ciegas lo lastimase si él le hablaba. Cerró sus ojos y se concentró en dormir, pero no pudo. 

Transcurrió unos cuantos minutos hasta que escuchó los pasos de Ferran, y luego la puerta de enfrente cerrarse. Suspiró. 

__ No debes temer... Ferran no nos lastimara. _ dijo animandose a sí mismo, sabía bien que si no era esta noche. Otro día se acobardaba de lo que iba a hacer. 
Incluso había robado una camisa del Alfa para ponérselo e ir a recibirlo, la prenda le llegaba hasta la mitad de sus muslos. Y traía unos cuantos botones desprendidos para ser más provocativo o eso él creía. 
Su máximo atractivo ha vuelto, su cuerpo no tenía más marcas, ya no había moratones y su piel lucía extremadamente bien. O eso le decían sus compañeros omegas. 
Salió de su habitación y caminó con pasos torpes hasta la puerta del otro, girando la perilla se adentra. 

La mirada del Alfa se posó de inmediato en él, recorriendo su cuerpo de pies a cabeza. 

__ ¿Está todo bien? __ pregunto con cautela, Ferran asintió antes de desviar la mirada a otra parte. El Alfa estaba apoyado sobre una cómoda, mirando al suelo Mientras respiraba con dificultad. Pedri se estremeció mientras avanzaba en su dirección. __ Ferran... __ llamó con cuidado, posó su mano en el hombro del Alfa sintiendo como se tensaba a su toque.