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Miércoles 21, Junio.

- Nos vemos mañana, Jenny! - digo, dejando un sonoro beso en la mejilla de mi amiga. Agarro mí mochila y salgo del aula, así como del instituto.

Cuando voy por la mitad de la cuadra, se larga a lloviznar y empiezo a correr agradecida de que la estación no esté muy alejada de la facultad.
Llego, compro el boleto y espero el tren junto a otras pocas personas.

El frío esta congelando mis entrañas, y el bajo eco de la música proveniente de los auriculares de algún otro pasajero, es el único sonido en todo el vagón del tren. Llevo unos quince minutos viajando y solo quedan pocas personas. Es un miércoles lluvioso. Ya me gustan los días lluviosos, ni los miércoles, porque la lluvia me provoca tristeza y últimamente es lo que menos necesito. Además, todos los benditos miércoles salgo demasiado exhausta a causa del instituto, tarde como para ver el capítulo de mi serie favorita o como para al menos no viajar tanto tiempo en un tren casi vacio.

Hay muchas personas que disfrutarían el silencio o la tranquilidad, para algo como...simplemente dormir. Pero no, porque un tren casi vacio, una joven dormida, la noche y el silencio, no me parecen una buena combinación, me suena a pelicula de terror. Y debo decir que no me imagino saliendo en muy buen estado de ella, no no no. Desearía estar viajando con una mamá y su pequeño tierno hijo, unas niñas cuchicheando o alguien simpático con quien charlar. Agh, olviden el pequeño monólogo que acabo de largar, solo estoy un poco estresada.

Subo los pies a la barandilla delante mío, acomodo mí pañuelo dejándolo hasta por debajo de mi nariz para opacar mi voz y comienzo a cantar en voz baja parte de una de mis canciones favoritas.

- "There's a hole in my soul, I can't fill it, I can't fill it, there's a hole in my soul, can you..." - Y mientras acompaño el canto con un leve movimiento de cabeza, me percato de un sonido a mis espaldas. Trato de ignorarlo y continuo con mí canto. Voy finalizando el estribillo cuando paro abruptamente y me digo a mí misma, ¿Cómo no me dí cuenta que estoy cantando y de fondo tengo a la melodía exacta? Me doy vuelta, y ahí está sentado. Un chico con unos ojos sonrientes que no se apartan de los míos, al igual que la armónica no se aleja de su boca. Me quedo mirandolo con una expresión mitad divertida, mitad impresionada, ya que se podía notar una leve concentración y cómo sabía perfectamente lo que estaba haciendo. Él no deja el instrumento hasta terminar del escribillo.
Deja la armónica en su regazo y agita su mano en forma de saludo.

- Soy Luke. Luke Hemmings. - dice sonriente, y es imposible no notar su nariz levemente enrojecida por el frío.

Le sonrío y le devuelvo el gesto. - Un gusto, soy Emma.

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⏰ Última actualización: Mar 01, 2017 ⏰

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