las estrellas también piden deseos

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Sirius Black

Desde su habitación podía ver cómo su madre corría a la habitación frente a la suya arrullando con cariño al bebé que hacía ruidos estridentes, cantándole o susurrándole antes de que el bebé dejara de emitir sonidos y sea puesto sobre la cuna, durante días Sirius se había preguntado ¿Porque?, ¿Porque el bebé hacia sonidos raros?.

Pero no fue hasta una semana desde que el bebé había llegado, que ante los sonidos incesantes del infante y que su madre no viniera que se permitió caminar hasta a aquella habitación, le había costado mucho abrir la puerta, había tenido que arrastrar su mesa de noche para hacerlo, pero al entrar a esa habitación noto las diferencias, sus paredes eran negras, pero las paredes de la habitación del bebé eran de un verde claro, su habitación era fría, la del bebé era calidad, su habitación no tenía ni solo juguete, la del bebé estaba llena de ellos.

Camino con curiosidad a la cuna y ahí estaba, una pequeña criatura fea, era como un mono en sus libros, incluso chillaba cómo un cerdo y arrugaba su rostro viéndose aún más feo, hizo una mueca pero el bebé al verlo dejo de hacer ruidos, pareció mirarlo con la misma curiosidad que Sirius lo miraba antes de que aquella criatura emitiera otro tipo de sonido y entonces a Sirius ya no le pareció tan feo, era hermoso en realidad, que hasta detuvo su respiración, arrastrando de nuevo su mesa de noche para poderse parar y mirar entre las rejas de la cuna, metió una de su mano entre ellas y acaricio la mejilla del bebé, este volvió a hacer ese sonido mientras su boca hacia una expresión extraña y Sirius solo pudo mirarlo fijamente, el bebé era muy lindo, tal vez por ello su mamá venía tanto a ver al bebé, su mamá nunca hiba a verlo, se pregunto si era porque Sirius no era tan bonito como el bebé.

— bebé —

Dijo pronunciando lo mejor que podía, aún le costaba formular sus palabras y era difícil pero si no lo hacía bien le golpearían sus manos y siempre dolía, a Sirius no le gustaba que lo golpearan, se pregunto si al bebé también lo golpeaban, espero una respuesta pero el bebé no le respondió solo siguió haciendo esos ruiditos extraños, ¿Acaso el bebé estaba roto?, o solo era tonto, sus tutores decían que si no sabía algo era porque era tonto, deseo tanto cuidar del bebé para que no se dieran cuenta que era tonto.

Más los sonidos raros que hacía el bebé llamaban mucho su atención, quiso ingresar a la cuna, Sirius no tenía una cuna, siempre se caía de la cama y se lastimaba por ello, pero nadie jamás le importaba, intento trepar pero no pudo, al final se conformo con tocar y ver al bebé entre los barrotes hasta que un chillido de Keacher lo alertó, el elfo doméstico parecía horrorizado de verlo ahí, ante el sonido el bebé volvió a hacer ruido estridentes y su madre vino en esta ocasión.

— que demonios haces aquí —

El grito de su madre lo hizo saltar, quería explicar, pero le era difícil pronunciar las palabras correctamente, su madre lo arrastró con mucha fuerza del lugar antes de lanzarlo con brusquedad al piso, Sirius solo miro desconcertado, no sabía que debía hacer, pero el bebé hacia ruidos y su madre lo consolaba haci que trato de hacer esos ruidos más su madre le lanzó un hechizo que por varios minutos lo hizo sentir muy mal, no podía respirar sentía que algo le apretaba con mucha fuerza del cuello.

—  escúchame bien pequeño engendro, no te quiero ver cerca de mi bebé entendiste —

Susurró su madre quitando el hechizo para acercarse más su rostro, rozo uno de sus dedos en la mejilla de Sirius y el solo pudo mirarla sin comprender.

La Estrella con Color a MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora