𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋────Vi ❪ Arcane ❫

𝙥𝙧𝙤𝙡𝙤𝙜𝙪𝙚. the blood bridge

───PROLOGUE
el puente de sangre

           Fue una tarde de la mitad de año cuando el distrito bajo de Zaun se revelo, hartos de ser dejados atras y usados como juguetes que pasaban de mano en mano, dejados atras como cosas que les dejaban de servir despues de un tiempo.

Yo tenia once años, una niña que contaba con la enigmatica habilidad de darle paz y seguridad a quienes estaban a mi lado sin siquiera yo dar mi permiso.

Tal vez por eso la tomaron y pusieron en las filas de jovenes asustados que habian propuesto su ayuda para una justicia. O tal vez el destino o lo que fuera queria que empezara el inicio de su vida desastrosa.

Esa opcion era la mas creible de todas.

El humo llenaba sus pulmones provocando que dolieran cada que tomaba aire contaminado, sus piernas dolian demasiado, los cuerpos abundaban en el piso haciendo que su llanto aumentara; todo le dolia, todo la llenaba de culpa.

No buscaba un cadaver en especifico, solo... Divagaba, entre cuerpos y sangre, entre el humo y el olor a sangre, con el ruido de los disparos y el destello.

Habian perdido; el sacrificio y la seguridad de la gente no habia servido.

Sus manos abrazaron sus brazos y pecho, temblando cuando el sonido de pasos apresurados iban hacia ella, escondiendose en un escombro se abrazo con mas fuerza, tarareando una cancion de cuna para intentar calmar su miedo.

¿Pero como una niña como yo podia calmarse cuando estaba rodeada de cuerpos?, ¿como hacerlo cuando todos estaban muertos?

Estaba tan asustada, tan cansada, que no me importaba quedarme alli  y unirme a esos cuerpos sin alma. No tenia a nadie, solo a mi misma. Una huerfana que perdio a su padre años atras y en ese momento a su madre, una niña a la que todos quisieron pero no dudaron en lanzar al fuego.

Sus parpados pesaban, pero antes de caer en el profundo sueño se levanto con mucho cuidado avanzando con total cuidado, sin soltarse, sin darse tiempo de titubear para seguir caminando.

En ese momento, algo me decia que no era mi hora, y que mi vida no habia siquiera iniciado como era debido; por eso me levante.

Aun asi, mis pulmones ardian, mi cuerpo dolia. Parecia un alma perdida...

El puente se alzo frente a su mirada borrosa, trago saliva avanzando un poco en busca de agilizar su mirada para abrirse con miedo, una enorme figura, un hombre musculoso cargando a dos niñas.

Era un hombre valeroso, cometio errores como todo ser humano, pero busco la redencion. Un buen hombre destinado a una muerte por proteccion.

Retrocedio cuando su mirada oscura choco con la del hombre, escuchando su suspiro antes de que como apenas pudo le extendio su mano.

Fui confianzuda al ver su mano extendida a mi, como una invitacion para vivir, una oportunidad para intentar ayudar en un lugar donde la vida se deterioraba.

Acepto su mano y el hombre la alzo como si fuera una pluma, su cuerpo quedo pegado al de la niña de cabello azul, su brazo choco con el de la niña pelirrosa.

Eran dos hermanas que se amaban, y que siempre quisieron lo mejor por la otra hasta que la vida las separo y a mi me dejo en medio.

Recosto su cabeza en su cuello, sentia la calidez enmanar de su cuerpo, uno que envolvia el suyo y le pedia que cerrara sus ojos para descansar.

Como una ultma vista, Aiko pudo ver a los vigilantes devolverse en el puente, sin quitarles la mirada de encima, procurando que se largaran al agujero al que los habian lanzado.

Pero un asi, yo pude sentir felicidad de estar a salvo, al menos por un tiempo.