CELOS Y FRESAS [KTH & JJK]

🍓 FINAL🍓

Su cabeza consideró mil ideas distintas sobre lo que el castaño planeaba, pero nunca imaginó ser arrastrado al cuarto, despojado de sus prendas, sin derecho a protestar, y embarrado con la fruta fresca que había traído para que su hyung la disfrutara... aunque no de esa forma.

No solían jugar mucho, las relaciones para ellos era lo más normal del mundo y sus niveles de experimentación era poca, no parecían necesitarlo, pues se sentían cómodos con su rutina.

Pero ahora, justo ahora, con su piel húmeda en besos y fresas, con su novio recorriendo cada parte de su cuerpo, y el sabor de la fruta en su boca —gracias a que Taehyung le entregaba trozos de vez en cuando —, se arrepentía de no haber considerado llevar esa actividad a otros niveles antes.

Ya casi no quedaban piezas, la mayoría que habían decorado su piel fueron devoradas; sus cuerpos se unían y sus bocas se divertían con los restos de la fruta. El juego previo era increíble. Pero Taehyung aún no completaba el encuentro y eso lo tenía al límite del colapso.

Trato de hablar con él antes y se había negado, pero ahora tampoco le permitía culminar su clímax.

—Tae, por favor~ —Lloriqueó casi rechazando recibir un poco más de fresa de boca a boca. Casi. No pasó mucho antes de tomarla junto a los labios de su novio.

—Perdóname, amor. No quería que te sintieras así —acarició su mejilla, aun con su cuerpo encima del menor.

—Amor~ —Quería golpearlo al sentirse torturado. Lo que pareció divertirle al moreno, riéndose poco a la par que se alineaba a él, encantado por los gestos que le dedicaba.

Estaba ansioso por el contacto que lo liberaría del incómodo vacío que experimentaba.

—¿Hubo algo más que te hiciera sentir mal? —Bufó al oírlo y sentirlo detener sus movimientos.

Ahora sí quería hablar. Qué lindo.

Minutos antes de que subieran al nivel de calor sin retorno, intento ser sensato y hablar, cosa que impidió. Jungkook no podía creer que ahora sí quisiera hacerlo justo cuando sus cuerpos ardían. Pero era Taehyung, no tenía por qué sorprenderse. Podía jurar que lo hacía a propósito.

Luego se encargaría de vengarse.

—¡Las... las chicas! —chilló al sentir a su novio eclipsar sus anatomías sin cuidado alguno.

Maldita sea, se sentía demasiado bien.

Aunque le dolió, lo necesitaba. La deleitante preparación no bastó para acostumbrarse al tamaño poco considerado, pero no le importó.

—¿A q-qué te refieres? —El castaño seguía intentando mantener la conversación, aun cuando su respiración desbordada le impedía concentrarse del todo.

El interior de Jungkook se ceñía a él con perfección y ser asfixiado por este podía considerarse el paraíso mismo.

—Muchas c-chicas están a tu alrededor desde que t-transmites —Jungkook liberó una sonrisa al ver que logró decir una frase completa sin ahogarse en el placer, misma que se le borró al su novio iniciar con movimientos bruscos.