Capítulo 1. El realista de Ian.

100 11 9
                                    

El amor no existe. Quien crea que es real simplemente persigue una ilusión, pobres soñadores, pronto caerán de la nube para aterrizar en el duro suelo de la realidad.

Las palabras de amor sólo funcionan para calentarse más en la cama durante el sexo desenfrenado. A la mayoría de las personas les gusta que les susurres dulces palabras de amor aunque sean pura mentira.

¿La razón? Todo un misterio.

Sigo sin comprender qué es lo que les atrae tanto de esa acción. ¿Acaso es sensual? ¿Será porque les gustan las cursilerías? Sólo las personas románticas lo saben.

¿Cuántas veces no he visto repetirse la misma historia? Dicen amarse de verdad pero terminan dejándose, uno engaña al otro o mienten desvergonzadamente sobre sus sentimientos.

Prefiero alejarme de cualquier situación que requiera un compromiso y vivir bebiendo de flor en flor. Los amigos con derechos y los polvos de sólo una noche son más entretenidos que el tratar de mantener una relación a flote. Para mi, el arte de la seducción es mejor que andar buscando algo que muy probablemente sólo existe en el cine y la literatura.

Y todos esos argumentos contra el romanticismo, nadan en mi cabeza mientras mi mejor amigo Adam continúa con su emotiva plática sobre el verdadero amor y demás sentimientos de mierda.

–En serio, el amor es lo mejor del mundo.– termina diciendo este bastardo enamorado.

–Adam, es sólo una chica. No es Ellen Page o Ruby Rose o Mila Kunis o Kaya Scodelario y ni mucho menos es una diosa. Y espero que sepas quienes son las que acabo de mencionar porque cabe destacar que son mujeres muy hermosas. Si no las conoces apártate de mi vista en este instante. – le interrumpo amenazándolo cansado de escuchar las maravillas, entre comillas, del amor.

–Por supuesto que sé exactamente quienes son esas bellezas. Mila Kunis tiene unos ojazos hermosos, Ellen Page no está nada mal, Ruby Rose hace que las mujeres duden de su sexualidad aparte de que el cabello corto le acentúa sus finas facciones y Kaya es simplemente perfecta.– Explica siguiendo el juego sin darse cuenta. –...¡Oye hiciste que me desviara del tema!– exclama haciendo pucheros.

Comienzo a carcajearme. No puedo creer que realmente me siguiera el juego. –Lo dijiste como si te pusieras a leer revistas de moda y a ver todas sus películas y series ¿Acaso es tu pasatiempo preferido?– cuestiono alzando las cejas sin poder dejar de reír.

–¡Claro que no!– grita indignado. –Simplemente sé apreciar la belleza femenina y fue tu culpa, tú empezaste.– argumenta en su defensa.

–Como sea, Tú sólito te desviaste. Pero bueno, es sólo admiración o cariño, nada más. El amor no existe.

–Eso dices, pero algún día el amor te atrapará y entonces andarás como yo o peor.– amenaza haciéndose el sabio.

–No, realmente eso no pasará.– aseguro siguiendo mi camino hacia la salida de la universidad.

–Mira, tenemos apenas 20 años, lo que significa que tenemos una vida por delante y que puede pasar cualquier cosa.– contraataca siguiendo mi paso. ¿Acaso seguirá hablando de lo mismo hasta que le de la razón?

–Bueno, apostemos.– paro en seco mirándolo para que me escuche atentamente. –Si de verdad existe el amor, entonces llegará a mi. Cuando llegue serás el primero en saberlo, podrás echarme en cara lo que quieras y haré todo lo que me pidas. Pero aclaro, debe ser amor real y no sólo un enamoramiento pasajero ni que haya quedado enculado por alguien. Debe ser el dichoso amor verdadero del que tanto hablas. ¿Qué dices?

Adam se queda pensativo por unos segundos y eso me da a entender que ya no está tan seguro de sus palabras y eso me hace sentirme mejor de alguna manera pero entonces no me deja bañarme en mi ego por mas de dos segundos, ya que extiende su mano. –De acuerdo. Todos sabemos que vas a perder.– alega mientras tomo su mano rodando los ojos y hacemos nuestro saludo para cerrar el trato.

Lágrima de mi corazón. [EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora