El Señor supremo de otro mundo ama a su esposa fea

17 & 18

Capítulo 17:  La culpa es de toda la comida deliciosa

Después de la comida, y charlar un rato con los dos padres, Mo Li simplemente regresó a su habitación.

Se sentó en la silla y recogió el bolígrafo rúnico que estaba sobre la mesa. Pero antes de que escribiera, la figura de esa persona ya había aparecido frente a los ojos de Mo Li.

Oye que hago, solo llevan dos horas separados y ya lo extraño!

Mo Li dejó el bolígrafo rúnico en la mano, se levantó y se acercó a la ventana.

Ya estaba oscuro y la noche fuera de la ventana era tan tranquila como el agua, lo cual era muy hermoso.

Mirando por la ventana en silencio, pensando en esa persona en silencio. De repente, Mo Li salió volando por la ventana...

Quedarse en casa y pensar tontamente en lugar de actuar. ¡Ese no es su estilo Mo Li!

　　****

Farmacia Tian Ji Dan, en el lavadero del patio trasero.

Sentado en esta "cama" hecha de pasto al azar. Bai Ling escondió cuidadosamente una tarjeta de oro por valor de 2300 monedas de oro en su ropa interior.

Después de regresar a la ciudad por la tarde, no regresó directamente a la tienda de elixires. En cambio, fue a la tienda de pasto espiritual y a la tienda de pieles de animales y vendió el pasto espiritual de tercer nivel y las coloridas plumas de aves y huesos de animales que Mo Li le dio.

　　Bai Ling pensó muy claramente que si realmente quería ser entrenado por la familia Mo para aprender alquimia, lo primero que tenía que hacer era redimirse. Canjee la escritura de venta en manos del jefe Tian. Entonces, ¡vendió todo lo que poseía para recaudar dinero para su rescate!

　　No sé si dos mil trescientas monedas de oro son suficientes, ¡por qué no preguntarle al jefe mañana!

　　Con este pensamiento en mente, Bai Ling tomó su pequeña olla y se comió el pollo en la olla...

　　Justo después de la cena, la familia Tian de tres personas caminaba por el patio.

　　"Huele tan bien, ¿a qué huele?" Al oler la fragancia en el jardín, la señora Tian miró sorprendida a su marido junto a ella.

　　De repente, su hijo Tian Chong, de siete años, se detuvo. Tiró de la camisa de su padre.

　　"Papá, huele tan bien, la carne sabe tan bien, ¡quiero comer carne!"

　　"Eso es extraño, ¿de dónde viene el olor a carne?"

De pie en el patio, Tian Fu miró a su alrededor con sospecha. Esta noche no hay guiso de carne de animal en casa. ¿Cómo es que tiene un aroma a carne tan fuerte y huele a carne animal de alta calidad?

　　"Aquí Aquí..."

　　Tian Chong corrió en dirección al olor y abrió la puerta del cuarto de servicio. Luego vio a Bai Ling sentado en el pajar, comiendo carne.

　　"¿Joven maestro?"

　　Bai Ling se sorprendió un poco cuando vio venir a la persona. Luego dejó el cuenco en su mano.

　　"¡Carne, deliciosa carne de animal!"

　　Al ver al hombrecito gordo correr hacia su olla, Bai Ling rápidamente apartó la olla con manos y ojos rápidos.

　　"ah..."

　　Después de perderlo, Tian Chong cayó al suelo y comenzó a llorar.

　　"¡hijo!"