Capítulo 6

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Jaeyeol siempre se consideró a sí mismo como un hombre recto, que jamás cruzaría la línea de relación entre alumno y profesor. Veía a todos sus alumnos como niños y era exigente con ellos. Quería que fueran los mejores para que lograran tener una vida llena de éxitos.

Pero a pesar de ser un hombre serio y reservado en su trabajo, también disfrutaba de los deseos mundanos de la vida. Si bien no había tenido muchas experiencias acerca del sexo casual aun disfrutaba de vez en cuando disfrutar de la apariencia que poseía, coqueteaba y algunas veces llego a besos y fajes con algunos jóvenes.

Estuvo consciente que muchos lo buscaron no solo por su apariencia, sino por su excelente posición social y económica. Nunca tuvo problema con ello, el se aprovechaba de la juventud e inexperiencia de jóvenes ambiciosos y a cambio dio dinero por el buen rato, era un ganar-ganar.

Algunos lo buscaron nuevamente con la excusa de que realmente estaban enamorados de él y que el dinero no les importaba, obviamente eran mentiras. Cada palabra salida de esas lindas bocas pintadas con colores rosados o rojizos eran viles mentiras. No era ni la primera ni la última vez que llegó a escuchar esto, prefirió ya no confiar en estos estafadores.

Su solución: Ignorarlos olímpicamente, después de un par días de mendigar por su "amor" (Dinero) lo mandaban al diablo y nuevamente ya no había entrometidos en su vida.

Pero entonces llegó este caso especial: Daniel Park, un joven de belleza abrumadora; cabello negro azabache, largas pestañas que enmarcaban ojos negros y grandes, piel blanca, cuerpo ejercitado, de pocos centímetros mas bajo que él y mejillas sonrojadas.

Desde el primer momento en que lo vio sentado entre las filas de estudiantes se dio cuenta de que destacaba entre los demás, su sola presencia gritaba por atención y su apariencia solo lo hacía más disfrutable a la vista. Algo se revolvió dentro de él.

Ignoro este... ¿Sentimiento? y dio clases como lo haría para cualquier estudiante. Su mirada se seguía desviando en dirección a este estudiante pero lo ignoró lo mejor que pudo.

En repetidas ocasiones este joven se acercaba a él y pedía ayuda para aclarar ciertas dudas, con gusto aceptaba y hacía lo mejor posible para que su falta de habla no obstaculizara el rendimiento del estudiante.

En medio de las explicaciones no podía evitar desviar su atención ante la curva de sus manos señalando ciertos puntos, el olor a colonia y el movimiento de sus rosados labios para hablar. Inmediatamente se deshacía de cualquier deseo que tuviera con su estudiante y prestaba atención para seguir aclarando dudas.

Su relación debía ser estrictamente profesional, aún si él deseaba acercarse debía respetar a sus alumnos y no traspasar la barrera entre alumno y profesor.

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Quería olvidarse de este bonito alumno, olvidar a este alumno que siempre tenía dudas y que tenía una mirada curiosa en sus clases, olvidar lo mucho que le atraía y olvidar que era su alumno. Necesitaba un trago y algún joven igual de bonito dispuesto a pasarla bien con él.

Se dirigió a su antro favorito, que por cierto pertenecía a su familia. Al sentarse en una mesa vacía no tardaron en llegar meseros ofreciendo su completa disposición y servicios. El gerente de igual forma se presentó y lo trató lo mejor posible queriendo proteger su puesto.

Esto a la multitud le llamó la atención; se preguntaban por el trato especial a este hombre, ¿Era dueño del lugar? ¿Hijo de millonarios?. Por su puesto no pasó desapercibido por hombres y mujeres que buscaban escalar en la jerarquía social a cualquier costo. Se acercaron discretamente e intentaron entablar una conversación.

Jodido profesor Jay X DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora