Capítulo piloto

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La vida da miles de vueltas sin sentido, siempre dejando piezas en el camino que poco a poco al ir avanzando se van uniendo en silencio, bajo la mirada inerte de la muerte, la sonrisa de la vida y las manos del destino...

El frío viento de invierno se comenzaba a sentir, las hojas marchitas de los árboles volaban por los aires, el otoño había golpeado fuertemente a Japón, no por el hecho de la fría estación, sino porque aquel ser maligno se había apoderado de él.

Japón, la tierra del sol naciente, ya había sido golpeada antes, en la era donde los quirks recién comenzaban a aparecer. Pero rápidamente se recuperaron con la implementación de leyes y articulaciones para organizar el desorden causado por dicha anomalía. 

Dichas leyes y campañas, lograron una convivencia más amena entre humanos con quirk y sin quirk. Por consiguiente aparecieron nuevas profesiones de acuerdo con estos poderes. La medicina se modernizó un poco más para quedar estancadas confiando en quirks de curación 

La policía se formaba por gente quirkless (Sin quirk), o con quirks inútiles para curar o pelear...

Pelear... ¿Quién lo pensaría no? Que aquellos héroes de los cómics podrían volverse realidad, y así fue, los quirks no solo generaron luz... Sino también oscuridad. La profesión de Héroe nació para poder luchar contra quienes utilizaban sus quirks para el caos, para la muerte. 

Ahora Japón, la tierra de los héroes más fuertes, estaba sometida bajo el mando de una sola persona, aquel que lo devora todo, el hombre que tiene todo para el... 

All For One 

Un solo hombre sometió a la Japón de los más fuertes, héroes como lo fueron "Kudou", el líder de la resistencia, o su segundo al mando, o uno de los más fuertes que ha existido, "Julius" el héroe del tiempo, fueron capturados, torturados y posteriormente asesinados, no sin antes ser despojados de su quirk 

Aquel que tiene el poder de robar quirks, y luego usarlos  para su conveniencia, como si fuera el dueño. Gobernando con fuerza bruta y el miedo de las personas, solo le quedaba conquistar el mundo, lo cual no le seria tan dificil, de no ser porque aún existe la resistencia. Resistencia, la que ha impedido varios de sus planes, casi al ras del fallo 

Las ciudades han vivido cómo pueden, los asaltos, los asesinatos, los abusos, se han vuelto el pan de cada día para Japón, nadie se salva, ni los mismos villanos, cada uno pelea entre sí. Sobrevive el más fuerte.

El hambre y la desolación acechan hasta lo más profundo, la muerte camina en las calles, nada está a salvo, nadie está a salvo.  

Siendo más específicos, las únicas ciudades que aún quedaban de pie era "musutafu", "Tokio" "Kioto" "  Aún...   

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Un pequeño niño, de no más de 4 años, algo lastimado, con el pelo revuelto y unas insólitas pecas. Se encontraba sentado en el suelo con la cabeza entre sus brazos, sollozando bajo un árbol semi marchito y el cielo grisáceo. Era principios de otoño.

— Así que aquí estabas —

Una joven de cabello oscuro se acercó a este, era una joven de complexión delgada y unos bonitos ojos verdes. Agachándose hasta estar a la altura del niño, le comenzó a acariciar la cabeza maternalmente

— Onee-san — Entre sollozos

— ¿Que ocurre Izuku? — Viendo como el niño levantaba su cabeza mostrando lágrimas — ¿Acaso los niños volvieron a molestarte? —

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⏰ Última actualización: Mar 05 ⏰

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