|Fuck me again, please|

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Missael recostó su cabeza en el hombro de Alexis, con los ojos cerrados, esperando que el éxtasis del momento se extinguiera por completo

El problema fue que, cuando lo logró estabilizar su respiración, fue que entró en razón :¡Se había cogido a su propio amigo! Y no a cualquier amigo, sino al amigo que le gustaba

Felipe estaría muy decepcionado de él si se enteraba... Eso no iba a ser nada bueno, mierda

No se supone que debió dejarse llevar por las provocaciones de Alexis y desatar su lado salvaje con ellas. Sabía que, en el fondo (quizá no tan profundo), Alexis deseaba una cosa como aquella... Y quizá, habia hecho bien en cumplir su fantasía (de ambos, de hecho) pero eso no quitaba el hecho de que haya perdido el control, de modo que ni siquiera lo llevó a la cama, le demostraba que no se encontraba del todo "curado"

La puta madre

Párpados un par de veces para enfocar su visión, encontrándose con la bellísima imagen de Alexis medio dormido, mirándole con una lánguida sonrisa de autosuficiencia. Joder, quería hacerlo de nuevo

Pero no. No estaba bien. Debía convencer a su cuerpo de que estaba satisfecho con una sola vez. Solo una, solo una, solo una...

—Missa... — susurro Alexis. Missael le miro con la vergüenza a flor de piel. No era su intención dejarse llevar de ese modo, de hecho, lo tenía rotundamente prohibido— Quiero hacerlo otra vez

Los ojos del mayor se abrieron tan grandes, que temió el que se le fueran a salir

—No— demandó, completamente firme. Alexis enfureció

—¡¿Por qué?! — exclamó, moviéndose en protesta, lo que ocasionó que la hombría de Missael se deslizase por su interior, haciéndole gemir a ambos

—N-No sabes... Lo que pides... — balbuceos Missael, con la intención de salir cuanto antes de ese caliente culo. Pero Alexis no quería ceder

—E-Estoy c-completamente consciente d-de lo que pido, Missa... — susurra Alexis, meciendo letárgicamente sus caderas. El mayor se retorció, cerrando los ojos y dejándose llevar por un momento. El de gorro amó la forma en la que la pija del pelinegro endurecía nuevamente en su interior, haciéndole sentir llenó. De repente, se percató de un no tan importante detalle que lo dejó inquieto— ¿Donde están tus lentes?

—L-Los he dejado en el auto— responde, tomando en cuenta por primera vez desde que llegó a casa, que los había olvidado dentro. Alexis mueve sus brazos atados y los pone frente al rostro de Missael, con una súplica silenciosa en la mirada y una sonrisa tonta en sus labios— No te voy a desatar

Alexis hace un puchero

—¿Por qué no? — inquiere, estando a punto de empezar a pataleta. Missael frunce el ceño

—Me gusta tener el control y tu eres muy inquietó... — le hace sabere l mayor, empujando dentro de él, robándole un gemido profundo de la garganta. Missael sonríe y suelta un suspiro— En especial cuando estás pedo

—MmHg, Miss-Miss es un controlador... — murmura Alexis, lamiéndose los labios— Me gusta

—Maldita sea, deja de provocarme— gruñe el mayor, embistiendo nuevamente

—Oh, Missael... Más duro... — súplica el menor, completamente indiferente a las palabras del pelinegro. Missael suelta un bufido cuando se da cuenta de que esta siendo cruelmente ignorado y se limita a cumplir la petición de Alexis

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