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Ahí estaba, otro año más en la pasarela. Estaba vistiendo una lencería color roja diseñada para omegas machos junto a unas enormes alas de color dorado, teniendo miles de miradas sobre él, era un Victoria Secret angel, después de todo.

Se encontraba en la ciudad de New York,
cumpliendo con el trabajo que eligió desde ya hace 11 años atrás. Pero, ¿Cómo llegó ahí?
Empecemos desde el principio.

12 de noviembre del 2012

Estaba sentado sobre el pupitre, los exámenes finales estaban cerca y él no podía reprobar por nada del mundo; si es que quería conservar su beca, se encontraba estudiando la materia que menos le gustaba; inglés, ¿Por qué los japoneses debían aprender el inglés? No lo sabía, pero tenía que estudiarlo.
De pronto sintió la presencia de alguien más, levantó la vista y se dio cuenta que era su querido novio el que estaba parado frente a él.

- Tobio, me alegra verte, ¿Cómo haz estado?- Preguntó.

- Bien- respondió sin más, el alfa frente a él.

- ¿Bien?¿No dirás más?- se quejó el omega en forma de un tierno puchero.

- ¿Estás estudiando inglés?- preguntó ignorando las quejas de su pareja.

- Sí, ¿quisieras ayudarme?

- Está bien, ven a mi casa en la noche, después de la escuela- anunció el alfa sin más.

- ¿Estará bien eso?¿Tus padres no se molestarán?

- Ellos no están en mi casa hoy, se encuentran en un viaje de negocios, mi hermana se quedará con su pareja durante el tiempo que mis padres
no estén, así que tengo la casa sola.

- Está bien Tobi- dijo el Omega mientras que le daba un tierno beso al alfa, el cual no rechazo está acción.

Al finalizar el día, Shoyo llegó a la casa de Tobio, los guardias lo dejaron pasar al interior de esta. Realmente era una mansión; ya había venido un par de veces, claro que; a escondidas de los padres de Tobio, ya que a estos no les agradaba la relación que tenía Shoyo con su hijo, por la diferencia del estatus social.

Ingresó a la casa en silencio y juró que podía escuchar sus propios pasos gracias al eco de solo la sala principal. Subió hasta la habitación de Tobio, ya sabía dónde se encontraba, tocó la puerta y esperó a que le abrieran, luego de unos segundos el alfa abrió la puerta y recorriendo a un lado para dejar pasar al omega.

Luego de unas horas de estar estudiando, Tobio propuso ver una película en Netflix y él aceptó, lastimosamente Netflix se quedó preguntando
"¿Sigues ahí?".

Un beso llevó a otro y terminaron teniendo relaciones sexuales hasta quedarse dormidos, sin haber usado protección alguna y sin saber que el celo de Shoyo había llegado unas horas antes en la escuela.

La mañana siguiente

Los rayos del sol despertaron a Shoyo de su maravilloso sueño, esté se sentó en la enorme cama de su novio para intentar recordar lo que había pasado la noche anterior y al recordarlo solo atinó a sonrojarse y a apretar una almohada a causa de la vergüenza.
En ningún momento se cuestionó si había usado protección o no, él creyó plenamente que su novio sí se puso el condón.

Que lastima que no fue así...

Shoyo's Secret Donde viven las historias. Descúbrelo ahora